El tráfico de datos en las redes móviles está creciendo a un ritmo tan acelerado que los operadores tienen problemas para poder acomodar sus redes a las exigencias que les impone la demanda por servicios que consumen datos. Las dificultades no están únicamente relacionadas con el posible colapso de las redes debido a la demanda sino con el hecho de que cuanto mayor congestión más difícil es asegurar el servicio para ciertos usuarios que aportan mayores ingresos a los operadores.
De hecho, en el mundo de los datos no todos los usuarios son iguales. Los hay que consumen sólo servicios de mensajería como el email mientras que otros prefieren visualizar videos, ambos usuarios consumen datos pero su impacto en la red es muy distinto.
Por ello, la necesidad de conocer que sucede en sus redes de forma inteligente viene del hecho de que para que todos los usuarios puedan acceder a sus servicios sin impactar negativamente en el resto de usuarios, los operadores deben poder maximizar los recursos de su red.
Además, la competencia que enfrentan los operadores en el mundo IP ya no proviene solamente de otro operadores, sino de proveedores Web externos. Para hacer frente a ambos retos los operadores deben convertirse en tuberías inteligentes.
Estas necesidades como consecuencia de la oferta y crecimiento de los servicios de datos está fomentando la inversión en nuevos mecanismos para crear redes más inteligentes que utilicen los recursos de forma más efectiva desde el punto de vista de maximización de los recursos e ingresos.