Si la fabricación de smartphones debió sortear un primer obstáculo durante la pandemia por la gran concentración de partes y ensamblado proveniente de China, ahora se enfrenta a un nuevo reto teniendo en cuenta los aranceles que está aplicando Estados Unidos a los distintos países. Apple, que tiene concentrado el 80 por ciento de su producción en China, es el que tendrá que hacer más movimientos para defenderse en este nuevo escenario, mientras Samsung y Motorola parecen estar mejor preparados. En el medio, Brasil tiene grandes posibilidades de aprovechar esta situación.
Después de una semana en donde Donald Trump decidió aplicar aranceles recíprocos que oscilan entre el 10 por ciento y el 104 por ciento para los distintos países con los que tiene diversos acuerdos comerciales, se ingresó en una especie de tregua destinada a negociar con cada uno de los interesados de manera individual. Bandera blanca que no aplicó a China ya que treparon hasta el 145 por ciento, luego de que este último también decidiera aumentar los aranceles a los productos provenientes de Estados Unidos. En este marco, bien vale recordar que el gigante asiático concentró, hasta 2023, el 68 por ciento de la producción mundial de teléfonos, según los datos de Counterpoint Research.
Counterpoint Research
Esta misma consultora es la que, ahora, evaluó cómo impactarán en este sector los nuevos tributos. Y no sólo a China, sino también a Vietnam, la India, e inclusive Brasil, donde se ensamblan estos dispositivos.
Apple, Motorola y Google, además de otras marcas, dependen de China para la fabricación de sus teléfonos. Todo indica que se verán afectadas por el incremento de los aranceles, razón por la que ya están buscando alternativas para mitigar ese impacto negativo.
“Estos nuevos aranceles afectarán directamente la estructura de costos de los smartphones vendidos en Estados Unidos, lo que podría resultar en precios minoristas más altos y una menor demanda de los consumidores. El impacto variará según la marca, dependiendo de la cantidad de unidades producidas y el país en el que se produzcan”, aseguró Counterpoint en su último reporte.
Dónde cosechar las manzanas
En el caso de Apple, la consultora estimó que como esta marca tiene un margen mucho más alto que el de otras fabricantes, podrá absorber parte de la suba de costos que suponen los nuevos aranceles. Esto la beneficiaría en el corto plazo porque no tendrá la necesidad de trasladar ese incremento a los usuarios de iPhone. Pero consideró que si en paralelo aumenta la inflación en Estados Unidos y se deteriora la confianza del consumidor, tendrá que enfrentarse a menores ventas.
El país que podría verse beneficiado por un cambio en la estrategia de producción de Apple es la India, que tendrá un arancel 26 por ciento inferior al de China y al de Vietnam, subrayó la consultora. Pero esto depende de que Apple tome la decisión de diversificarse hacia ese país, de que los eventuales socios indios estén capacitados para absorber esa producción con los estándares de calidad pretendidos, y que India continúe teniendo una posición que no resulte antipática ante los ojos de Donald Trump. En los últimos años, la India se ha esforzado por mantenerse en un territorio neutral.
Imagen creada con ChatGPT
“India es la opción más lógica por ahora, seguida de Brasil, aunque aumentar la capacidad en ambos países llevará tiempo. Sin embargo, Apple y todos los demás han entrado en una zona de incertidumbre donde es imposible anticipar aranceles dentro de un mes o un año, especialmente ahora que el arancel a China ha subido al 104 por ciento”, dijo Neil Shah, vicepresidente de investigación de Counterpoint a través de un comunicado.
La India representó el 20 por ciento del total de los teléfonos que Apple envió a Estados Unidos en 2024, hecho que facilitaría una expansión en ese territorio en caso de que así lo decidiera la empresa, pero con los condicionamientos señalados anteriormente, a lo que habría que sumar una inversión adicional.
“Para Apple y otros, hay una lista de aspectos que deben implementarse para que la India sea una mejor alternativa: la preparación tecnológica de los socios nacionales de EMS, el apetito por la inversión de capital, el apoyo gubernamental y su capacidad para negociar aranceles con Estados Unidos. Si el país logra estos objetivos, podrá consolidarse como un destino de producción más favorable”, agregó Sha.
Estrategia asiática
¿Qué pasa con Samsung? En principio parece tener más margen de maniobra. La mayor parte de su producción se concentra en Vietnam pero también lo hace en su país de origen, Corea del Sur, en la India, en Brasil y en China. Sobre este último hubo una decisión clara para ir achicando su participación de manera paulatina en los últimos años. De modo que un desvío en la producción puede ser rápidamente derivada, además de estar eximida de grandes inversiones.
“Con una capacidad significativa en India, Samsung puede trasladar la producción de Vietnam con mayor rapidez que otros, lo que le ayuda a compensar el impacto del nuevo arancel del 46 por ciento sobre los teléfonos fabricados en Vietnam. Samsung tiene dos fábricas en India y una de ellas muestra un exceso de capacidad que puede ampliarse. Además, si el gobierno surcoreano negocia con éxito con Estados Unidos, las fábricas surcoreanas de Samsung incrementarán la producción y la exportación de modelos premium”, aventuró Tarun Pathak, director de investigación de Counterpoint.
La alegría es de Motorola
En una posición todavía mejor se encuentra Motorola que, si bien depende de los fabricantes chinos, tendría la ventaja de trasladar a Brasil una mayor producción a la actual ya que se trata de uno de los países que ha recibido la aplicación de uno de los aranceles más bajos, del 10 por ciento. Además de ser uno de los lugares en donde tiene establecidos importantes niveles de producción. Si bien, esta marca también tiene su fábrica en la India y un ecosistema de socios que se vería beneficiado por la ampliación de la producción en estas latitudes, la opción latinoamericana la diferencia de su competencia. ¿Será una oportunidad para subir en el podio?
“Si bien la imposición de estos elevados aranceles es repentina, los fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés) probablemente la anticipaban. Sin embargo, soluciones fundamentales como la reubicación de las bases de producción requieren una inversión y un tiempo considerables, y es poco probable que ofrezcan un alivio a corto plazo, mientras que las posibles soluciones a largo plazo también podrían verse afectadas por aranceles”, sostuvo, por su parte, Jeff Fieldhack, director de investigación de Counterpoint.
Para este analista, Google también se verá impactado de manera negativa en la fabricación de sus teléfonos Pixel, lo mismo que aquellas marcas que se concentraron en los operadores estadounidenses y en el segmento de prepago por depender básicamente del ecosistema chino.
Inversiones y gobiernos que culminan
A estas consideraciones también deben sumarse las vinculadas con el tiempo que demanda la toma de decisiones primero, y la ejecución después. ¿Cuánto le tomará a Apple decidir fabricar en otro lugar y poner operativa la producción? Pregunta que cabe para cualquier otra marca.
A Apple le llevó más de tres años iniciar la producción de sus modelos iPhone 15 en la India, mientras que Samsung comenzó a desplegar en 2009 su proyecto de fabricación en Vietnam para que ese país concentre el mayor volumen de ensamblado de sus teléfonos. Y lo hizo con una mirada mucho más diversificada porque también puso fichas en la India y se apalancó fuerte en América latina.
¿Cuándo culmina el gobierno de Trump? En 2029. ¿Hay tiempo para relocalizar las plantas de una manera tan disruptiva? Samsung parece estar mejor preparada, lo mismo que Motorola. Apple no tanto, aunque es posible que esté empleando otras destrezas: las versiones no confirmadas de que fletó cinco aviones llenos de iPhones desde la China a la India para que entren a Estados Unidos con menores aranceles pueden ser un indicador de que evaluará alternativas de este tipo antes que tomar decisiones más contundentes.
Aún cuando el tembladeral geopolítico impide ver cuáles serán las verdaderas consecuencias de estas decisiones, los gobiernos pasan. Y en los países estables, las fábrican quedan.
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