Hace ya muchos años que Barcelona se ha consolidado como el epicentro de las telecomunicaciones cada año, y MWC25 no ha sido ninguna excepción y una semana después de su finalización, ya hemos digerido los temas más importantes que allí se cocinaron. En este evento, los ejecutivos de los principales operadores compartieron sus visiones sobre el futuro del sector, revelando patrones claros que nos permiten trazar las tendencias que marcarán la industria en los próximos meses y entre ellas podemos destacar cinco grandes bloques que ocuparon una gran parte de la agenda del congreso y que son las inquietudes mostradas por los operadores móviles de todo el planeta.
1. Automatización y redes autónomas: la IA como eje central
La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa para convertirse en un elemento clave en la gestión y operación de las redes. Los operadores han destacado que la IA está permitiendo una reducción drástica en los tiempos de resolución de incidencias y optimización de recursos. La predicción de fallas, la automatización del despliegue de infraestructuras y la capacidad de reaccionar en tiempo real a las demandas del usuario son solo algunas de las aplicaciones que ya están en funcionamiento.
La adopción de herramientas de IA multimodal también está influyendo en la planificación de capacidad de las redes, anticipando un aumento del tráfico en enlaces ascendentes debido a la generación y transmisión de contenido en tiempo real.
2. Redefiniendo la infraestructura: de Open RAN a la virtualización total
Los operadores han acelerado su apuesta por la virtualización y la desagregación de la red, eliminando dependencias de hardware específico. Mientras algunos aún debaten sobre la viabilidad de Open RAN en escenarios urbanos, otros han avanzado en la virtualización total de su infraestructura de acceso y core, logrando mejoras en eficiencia y reduciendo costos operativos.
La tendencia indica que en los próximos años veremos una combinación de modelos en los que operadores integrarán diferentes proveedores para optimizar costos y rendimiento. En este punto, la gestión de redes mediante plataformas basadas en la nube se perfila como un elemento clave para alcanzar la flexibilidad y eficiencia deseadas.
3. El dilema de la rentabilidad en 5G y la promesa incierta de 6G
A pesar de los despliegues extensivos de 5G, la industria aún busca una ecuación de monetización que justifique la inversión. Los casos de uso rentables de 5G han surgido principalmente en entornos empresariales, con soluciones personalizadas para sectores como la manufactura, la minería y el entretenimiento. Sin embargo, en el segmento de consumo, el modelo de negocio sigue siendo un reto.
La 6G, aunque en etapas tempranas de discusión, se perfila más como una evolución natural de 5G que como una revolución independiente —de hecho ya se aboga por eliminar las Gs del vocabulario telco, lo cual es un alivio porque pasado el 10G iba a ser complicado—. A diferencia de generaciones anteriores, el futuro de la conectividad se inclina hacia una actualización basada en software y la reutilización de infraestructuras ya existentes, en lugar de un cambio radical de tecnología.
4. La sostenibilidad y eficiencia energética como prioridad
La crisis climática y el costo de la energía —especialmente este segundo, para que nos vamos a engañar— han puesto a la sostenibilidad en el centro de la estrategia de los operadores. Las redes han comenzado a integrar IA para gestionar el consumo energético de manera inteligente, apagando componentes cuando no están en uso y optimizando la distribución de tráfico en función de la demanda.
No obstante, para alcanzar reducciones significativas en el consumo de energía, la industria reconoce la necesidad de reimaginar la arquitectura de las redes, enfocándose en modelos que reduzcan la redundancia y permitan una activación bajo demanda de recursos.
5. El rol de los operadores más allá de la conectividad
El modelo de negocio de los operadores está evolucionando. Las empresas de telecomunicaciones ya no pueden depender únicamente del tráfico de datos para sostener sus ingresos, y la tendencia es diversificar su oferta de servicios. Si esto no se resuelve la tendencia a la consolidación será imparable.
Desde la incursion en la IA como servicio hasta la provisión de soluciones de ciberseguridad y nube, los operadores están posicionándose como actores clave en el ecosistema digital. Además, la creciente colaboración con hiperescaladores y desarrolladores de software indica que las telcos están redefiniendo su papel en la cadena de valor. La cuestión es si esa nueva definición aportará los ingresos necesarios.
En conclusion, el MWC25 dejó claro que la industria de telecomunicaciones se encuentra en un punto de inflexión. La automatización, la IA, la sostenibilidad y la redefinición del negocio más allá de la conectividad son los pilares sobre los cuales se está construyendo el futuro del sector. La gran pregunta es: ¿logrará la industria adaptarse rápidamente para capitalizar estas tendencias, o seguirá atrapada en la complejidad de su propia infraestructura heredada? En 12 meses deberíamos empezar a tener respuesta a esta pregunta en el