Una radiografía de la industria de las telecomunicaciones en Europa refleja un momento ambiguo: a la par que se pondera el rol transformador que las redes de próxima generación y de la innovación avanzada encarnan, se advierte el enfrentar un momento “decisivo”, signado por las urgencias que impone la conectividad e innovación, pero también la posibilidad de “asegurar su liderazgo tecnológico y su futuro digital”, aún con un ARPU que valora bajo. Estas meta-conclusiones fueron ofrecidas este lunes mediante un informe publicado por Conectar Europa (Connect Europe, antes conocido como ETNO). Conectividad, innovación, Inteligencia Artificial (IA), contribución justa, Open RAN, ciberseguridad, competencia, sustentabilidad, y redes de próxima generación fueron algunas de las palabras clave que reflejan el horizonte de la Unión Europea (UE).
La conectividad como una clave de desarrollo económico
“El ecosistema de conectividad, que comprende los servicios de telecomunicaciones, los equipos de red y los contenidos y aplicaciones en Europa, alcanzó un valor aproximado de un billón de euros en 2023, lo que supone un 4,7 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) del continente y supera a sectores tradicionales como la agricultura, la pesca y la silvicultura en conjunto. Este ecosistema vital emplea directa e indirectamente a más de un millón de personas, y los miembros de Connect Europe prestan servicios esenciales a 276 millones de europeos solamente”, dice el trabajo en el que se plantea el rol que la conectividad cumple a la hora de pensar en el crecimiento social, la sostenibilidad, la seguridad y la resiliencia del continente.
La apuesta se refleja también en el volumen de inversiones: 865 millones de euros para robustecer la conectividad digital y su seguridad, no sin la preocupación de no lograr llegar con la agenda propuesta para 2030.
Según Connect Europe, la inversión total en el mercado (incluidos los activos fijos tangibles y la I+D) ascendió a 115.500 millones de euros, donde el 60 por ciento de ese desembolso corrió por cuenta de los operadores de telecomunicaciones. Del resto, el 30 por ciento lo aportaron los proveedores de contenido y aplicaciones, mientras que casi el 10 por ciento corrió por cuenta de los fabricantes de equipos. Así, los servicios de conectividad que ofrecen los miembros de Connect Europe son utilizados por 276 millones de europeos, el 61,5 por ciento de la población.
“A pesar de este progreso, las estimaciones indican que aproximadamente 45,4 millones de europeos seguirán sin acceso a una conexión fija de un gigabit en 2030, por lo que no alcanzarán los objetivos de la Década Digital de la UE. Es alarmante que, por primera vez en más de una década, la inversión total de los operadores de telecomunicaciones en Europa disminuyó un dos por ciento en 2023, pasando de 59.100 millones de euros en 2022 a 57.900 millones de euros. Esta tendencia a la baja se produce en un momento en el que Europa todavía está lejos de sus objetivos de gigabit. Además, la inversión per cápita también está muy por detrás, con 117,9 euros en Europa en comparación con los 187,6 euros de Japón y los 226,4 euros de Estados Unidos”, admite.
Innovación, un desafío medular
Pero en este nuevo reporte, también se plantearon las oportunidades y los riesgos que la innovación y la conectividad representan para el control de Europa sobre su cadena de valor: “Si bien Europa ha avanzado en áreas críticas, todavía está rezagada respecto de sus pares globales. Por ejemplo, la tecnología 5G Standalone (5G SA), la forma más avanzada de 5G, diseñada para satisfacer las complejas necesidades de los clientes industriales, alcanzó solo el 40 por ciento de la cobertura de la población en Europa a fines de 2024, en comparación con el 91 por ciento de América del Norte y el 45 por ciento de Asia-Pacífico”.
En el mismo sentido se encuentra la innovación de los operadores europeos, ya sea por la decisión de elegir a Open RAN, un concepto de infraestructura en el que ya se contabilizan 16 ensayos e implementaciones comerciales (cifra que no superó las 24 contabilizadas en Asia pero sí las diez de América del Norte) o la apuesta del 52 por ciento de los operadores en materia de IA, porque la implementaron o están probando sus funcionalidades para la automatización y optimización de la red. A su vez, en materia de Edge, el continente contabiliza apenas 320 nodos de borde de operador en vivo y 1100 nodos de borde en general, y el informe admite que se encuentra muy por debajo del objetivo de 10.000 nodos.
“Estas brechas resaltan la necesidad urgente de que Europa acelere la innovación en la infraestructura de red para asegurar su competitividad y soberanía tecnológica”, dice el reporte y advierte que “se necesitan más inversiones para cerrar la brecha del gigabit” prevista para el fin de la década. Sin embargo, esos objetivos “enfrentan riesgos significativos si no se incrementa la inversión”.
El informe también precisa que al fin de 2024 las redes con capacidad de gigabit cubrían el 82,5 por ciento de la población europea y que la apuesta para fin de 2025 involucra crecer hasta el 87 por ciento; y lo puso en comparación con los logros que se concretaron en otras latitudes: el 99 por ciento de China o el 97 por ciento de Corea del Sur que aspira a igualar al primero hacia fin de año; y el 90,3 por ciento de Estados Unidos y su proyección de alcanzar el 98 por ciento en 12 meses. Como contrapartida, la capilaridad de conectividad con fibra al hogar (FTTH, por sus siglas en inglés) se calculó en el 70,5 por ciento de los hogares europeos; muy por encima de la capilaridad lograda en Estados Unidos, estimada en el 54,8 por ciento.
El reto de crecer, aún con un ARPU bajo
“El sector de las telecomunicaciones en Europa se enfrenta a desafíos financieros y estructurales cada vez mayores que ponen en peligro su capacidad para seguir siendo competitivo a escala mundial. En 2023, los ingresos por telecomunicaciones en Europa disminuyeron un 4,4 por ciento en términos reales, ya que los operadores tuvieron que hacer frente a la creciente inflación”, dice el reporte y plantea que el viejo continente exhibe el ingreso promedio por usuario (ARPU) de telefonía móvil en comparación a otros mercados. Es de 14,8 euros y eso lo ubica por debajo de los 41,7 euros de Estados Unidos, los 26 euros de Corea del Sur y los 22,6 euros de Japón. Esto está por encima de los 14 euros generales de Latinoamérica que en caso de países como la Argentina cayó hasta los 1,15 euros.
Imagen: Raquel Martínez/Unsplash
En esa radiografía Europa, la ex ETNO, también hace foco en la fragmentación del mercado, caracterizada por la presencia de 41 operadores móviles y 500.000 suscriptores, frente a los cinco que se reparten el mercado estadounidense, los cuatro de China y Japón, o los tres de Corea del Sur. En ese razonamiento, plantea que “esta falta de consolidación del mercado obstaculiza el crecimiento, limita las economías de escala y sofoca la competitividad, creando obstáculos adicionales para el sector”.
Pero hay mucho más y quien quiera detallar en el caso europeo, puede leer el informe completo aquí.
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