¿Qué está pasando con Telefónica? Después de una semana de intenso movimiento en la principal operadora de telecomunicaciones de España, y la 15° a nivel global, llega la hora de analizar los distintos aspectos involucrados en esta decisión: lo político, lo económico, lo estratégico y, por supuesto, lo vinculado con el negocio. La fusión entre Orange y MásMóvil terminaron relegando a Telefónica a un segundo lugar en su principal mercado, el incremento de la participación de los saudíes de STC en la compañía obligó una intervención del gobierno para no perder poder. El futuro parece refocalizarse hacia el negocio de la defensa. ¿Y Telefónica Hispam? ¿Y Telefónica de Argentina, sobre la que volvieron a circular las versiones de venta? Habrá que esperar. Están al final de la fila.
Veamos primero lo que pasó de manera estricta en el mercado de las telecomunicaciones español. La fusión entre MásMóvil y Orange terminó siendo autorizada. Y así surgió MasOrange, que dio lugar al operador más grande de España. Esa consolidación, producto de la fuerte competencia existente en el país y de las obligaciones de inversión que exigen las redes 5G y las de fibra óptica, llevaron a otro proceso, todavía más profundo.
Fuente: Telefónica
Telefónica y Vodafone anunciaron conversaciones para tener una red única, luego que Vodafone informara que estaba encarando ese mismo proceso con MasOrange. En otras palabras, las ahora tres principales compañías de este país vienen manteniendo negociaciones para avanzar con una única red de banda ancha fija, una fiberco. Si bien esto no ha terminado de concretarse aún, nada hace pensar que no se cierre en algún momento. Que cada una tenga su propia red no es un diferencial, se escucha como un mantra en el mercado. El diferencial pasa por los servicios y montarlos en una red compartida parecería ser la solución en un contexto donde los ingresos no crecen y las inversiones se deben mantener a ritmo constante.
Mientras esto iba sucediendo, el grupo saudí STC ya había incrementado su participación en Telefónica, de un 4 por ciento a un 9,97 por ciento. Rápidamente, el Gobierno de España, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), llevó su participación hasta el 10 por ciento, con el objetivo de garantizarse el dominio sobre una compañía estratégica. Criteria Caixa y BBVA también debieron hacer movimientos.
Así cerró el año la operadora, con una nueva composición accionaria. La primera decisión determinante se produciría en la primera reunión del Consejo de Administración de Telefónica, el pasado 18 de enero. Ese día se le pidió la renuncia su hoy ex CEO, José María Alvarez-Pallete, para nombrar en su lugar a Marc Murtra quien, hasta ese momento, se había desempeñado como presidente de Indra, otro emblema español.
¿Hacia dónde va ahora Telefónica? Es lo que comenzará a verse a partir de ahora. Los medos españoles destacaron en estos días que Alvarez-Pallete logró durante su gestión, entre 2015 y 2023 la reducción de la deuda de la compañía. En paralelo, su valor bursátil se redujo un 41 por ciento, hasta los 270.000 millones de euros. Muy lejos de los 650.000 millones de dólares que valen las operadoras de Estados Unidos, según aseguró el medio Xataka.
El podio de las telecomunicaciones por facturación a nivel global es liderado por China Mobile, con 140.500 millones de dólares en ingresos, seguida por Verizon con 134.000 millones de dólares, y AT&T con 122.500 millones, de acuerdo al ránking Forbes y MarketScreener. Ahí es donde se ve a Telefónica ocupar el 15° lugar, gracias a sus 42.000 millones de euros en concepto de ingresos por año.
Con hambre de crecimiento y una guerra como contexto
Veamos ahora lo que venía pasando con Indra.
Hace casi un año, la tecnológica anunció la intención de quedarse con Hispasat. Argumentó que tal determinación respondía a la necesidad de incrementar las inversiones en el área de defensa. De hecho, el propio Murtra dijo en ese momento que Hispasat era “la multinacional española de referencia de defensa aeroespacial y de tecnologías industriales”. Por estos días, Indra trabaja en los últimos detalles para quedarse con el 89,68 por ciento que posee Redeia, su accionista mayoritario. El resto de Hispasat está en poder de la SEPI (7,41 por ciento) y del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (2,91 por ciento), entidad del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España.
Amazonas-5. Imagen: Hispasat.
La relevancia de Hispasat se incrementa cuando se advierte que es, además, el responsable de diseñar, desarrollar e implementar el segmento terrestre gubernamental de IRIS2 para la prestación de servicios de telecomunicaciones seguras a los Estados europeos. IRIS2 es un proyecto de construcción de una constelación de satélites multiórbita de Internet de la Unión Europea que se desplegará a partir de 2027. Surgió como una respuesta a la necesidad de contar con comunicaciones seguras luego de la invasión de Rusia a Ucrania.
Si Indra se convierte, tras la descontada compra de Hispasat por unos 650 millones de euros, en la principal compañía de España por valor estratégico, no hay dudas de que los acuerdos celebrados hasta ahora con Telefónica se profundizarán, e irán mucho más allá de lo que ambas puedan hacer en el negocio de la nube. Y hasta podrían tomar nueva dimensión habida cuenta de lo que pasó también a nivel de composición accionaria. La SEPI es también la accionista mayoritaria de Indra, con el 28 por ciento. A finales de 2024, la empresa Escribano Mechanichal & Engineering, de los hermanos Angel y Javier Escribano, llevó su participación del 8 por ciento al 14,3 por ciento en Indra, convirtiéndose en el segundo principal accionista de la tecnológica española.
“En el contexto geopolítico actual, EM&E refleja así su firme compromiso con el crecimiento y desarrollo de la industria tecnológica y consolida su presencia en los sectores estratégicos de defensa, aeroespacial y de seguridad, fortaleciendo sinergias con Indra, actor clave en estos ámbitos”, expresó la compañía a través de un comunicado, en los primeros días de diciembre de 2024.
Angel Escribano fue designado la semana pasada al frente de Indra, dada su buena relación el negocio militar y de defensa, y por supuesto con Pedro Sánchez, el presidente español.
Hasta aquí el movimiento de fichas de los últimos meses y de los últimos días. ¿Qué hay hacia adelante? Mucho trabajo. Y bastante especulación.
Próximos pasos
Por lo pronto, Marc Murtra deberá presentar una hoja de ruta sobre las acciones a implementar en el mediano plazo, con un objetivo que parece bastante claro: regresar a Telefónica a la senda del crecimiento. Por eso, las primeras actividades que desarrollará a partir de esta semana se centrarán en los mercados clave: comenzará una gira por el Reino Unido, para después recalar en Alemania, Brasil y regresar a España. Tendrá reuniones con los CEO de estas filiales y, luego, con los principales directivos de la compañía, desde la directora de Finanzas y responsable de Hispanoamérica, Laura Abasolo, hasta quienes comandan Telefónica Infra y Telefónica Tech, según aseguró Cinco Días. Al final se reunirá con Alfonso Gómez Palacio, presidente de Telefónica Hispam, aunque TeleSemana.com no pudo confirmar fecha con las fuentes de la compañía a nivel regional. Es una agenda que se gestiona desde Europa.
Este último punto es relevante si se tiene en cuenta que sobre el final de la semana pasada volvió a activarse la versión de venta de Telefónica de Argentina, de acuerdo a lo informado por la agencia de noticias Bloomberg. Desde la filial argentina no realizaron comentarios ante la consulta de TeleSemana.com, aunque el diario La Nación mencionó que JP Morgan había obtenido el mandato de venta.
Argentina – Unsplash
¿Quiénes podrían quedarse con la filial argentina en caso de que se venda? La danza de nombres es amplia, donde destacan tanto empresas argentinas como internacionales. Que la subsidiaria argentina se venda es una posibilidad contemplada desde 2019, cuando el mismo Alvarez Pallete anunció el spin off para la operación de América latina. Desde entonces las filiales latinoamericanas tienen más libertad para tomar sus decisiones, y así ha sido en los casos de venta de las unidades fijas, como en Chile y Colombia, donde Telefónica opera con éxito a través de On Net Fibra en una sociedad compartida con el fondo de inversión KKR. Está pendiente de resolución la adquisición de Movistar Colombia por parte de Millicom, y eventualmente futuros movimientos en Perú, luego de que fracasara el primer intento de escisión en Pangeaco.
Más allá del mayor rango de movimiento que hoy poseen las operadoras nucleadas en Hispam, la palabra final siempre viene de España. A partir de los movimientos de los últimos días ocurridos en Telefónica todo pasará mucho más por un tema de estrategia que sólo de finanzas. Y si ya transcurrieron cinco años de aquel spin off y especulaciones de venta inmediata que no prosperaron, esta vez también cualquier movimiento en estas latitudes puede esperar.
Sobre lo que no parece haber dudas es sobre el rol que España quiere tomar en materia tecnológica dentro de Europa. Mantener el control de sus tres principales compañías de este sector, Telefónica, Indra e Hispasat, y hacerlas jugar de manera combinada en proyectos europeos, como IRIS2, puede ubicarla en un nuevo lugar. La geopolítica mueve la agenda más que nunca y hoy ganan los que mejor saben usar sus recursos tecnológicos.
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