El gobierno de Brasil continúa en su apuesta por achicar la brecha digital con desembolsos y nuevos accesos a servicios elementales mediante los servicios de telecomunicaciones, aún en un marco devaluatorio. Tal como había sido anunciado, el foco está puesto en que las poblaciones más alejadas puedan tener conectividad con fines educativos pero que también faciliten el acceso a la salud.
Sí, el año que acaba de terminar será recordado en Brasil, en términos macroeconómicos, como el de la mayor devaluación de su moneda frente al dólar porque las estimaciones oficiales indican una depreciación acumulada del 27,35 por ciento. La cifra indica valores cercanos a los experimentados en pandemia, cuando en 2020 la tasa fue del 29,33 por ciento.
Sin embargo, las apuestas por la inclusión con conectividad continúan en ese territorio. El Ministerio de Comunicaciones (MCom) anunció la inyección de 893,3 millones de reales (144.303.682 dólares según la valoración de la moneda a esta fecha) de cara a “viabilizar proyectos de inclusión digital en el país, como llevar conectividad a escuelas públicas, favelas y zonas remotas”.
Se trata de fondos que se inyectan al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y que provienen del Fondo de Universalización de Servicios de Telecomunicaciones (Fust), correspondientes al ciclo 2024.
“Estamos logrando ampliar nuestras acciones con este fondo que lleva décadas inactivo”, dijo el ministro de Comunicaciones, Juscelino Filho, y asumió que “con mucha dedicación logramos desbloquearlo para llevar más internet a la población brasileña. Los montos se aplican a proyectos que forman parte de un mayor esfuerzo del gobierno Lula para garantizar la inclusión digital y la conectividad en Brasil hasta 2026”.
Las transferencias se concretaron en estas fechas festivas navideñas y entre los objetivos anunciados se encuentra la construcción de una red de transporte de alta capacidad y red de acceso a escuelas públicas; además de los que ya garantizan la conectividad en estas instituciones.
Según precisó la cartera, los fondos se reparten partidas para proyectos no reembolsables y se aprobaron propuestas que permitirán lograr el objetivo de conectar 15.000 escuelas públicas hasta 2026. Y, con estas partidas, se estimó que el Fust cerró 2024 con una financiación de 981 millones de reales (más de 158 millones de dólares) destinados a proyectos de conectividad.
Además de la conectividad escolar, el acceso a la salud a distancia es otra de las apuestas con que Brasil cerró el año y con la que planteó las perspectivas para 2025; aún a pesar de las idas y vueltas que se plantearon en torno a la estrategia de conectividad escolar adoptada.
En ese camino, por ejemplo, el gobierno confirmó que sus poblaciones más aisladas ya cuentan con servicios de asistencia médica a distancia. Por ejemplo, en la zona de Rondônia, en la que sólo se accede vía barco y residen menos de cien familias, se instalaron antenas satelitales enmarcadas en el programa Wi-Fi Brasil. Allí, además, se habilitó el servicio de telemedicina, con acceso a la historia clínica electrónica poblacional y otras herramientas de gestión de la salud de los profesionales.
Imagen creada con chatGPT
Se trata de un programa que llega con internet de hasta 20 Mbps vía satélite y que, mediante antenas y enrutadores, facilita la conectividad en el espacio público como plazas, escuelas, asentamientos rurales, centros de salud y otros puntos de la comunidad.
Gilberto Raposo, líder comunitario del lago Cuniã, valoró que “los poderes públicos se han fijado en quienes viven en comunidades de difícil acceso, en los bosques. Aquí ya se ha implementado la telemedicina. Con este internet tenemos comunicación directa con el médico”.
“La inclusión digital es una prioridad para este gobierno y se ha convertido en un eje en el Nuevo PAC”, dijo Filho y valoró que “con esto creamos una serie de nuevas posibilidades para personas que antes no tenían acceso a internet. La telemedicina es una solución fundamental para superar la desigualdad en el acceso a la atención sanitaria. Conectar a los pacientes en áreas remotas con los médicos muestra cómo podemos ampliar el acceso de la población a los servicios públicos, incluida la salud”.
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