La Comisión Europea (CE) firmó el contrato de concesión para que el consorcio SpaceRISE construya la constelación multiorbital de 290 satélites, conocida como IRIS2, siglas de “Infraestructura de Resiliencia, Interconectividad y Seguridad por Satélite”. La noticia se conoce a dos meses que se anunciara la inversión de más de 127 millones de euros en innovación para 6G y la elección de este candidato para llevar adelante esta constelación, que ya es valorada como estratégica, tanto para la soberanía como para garantizar la seguridad de la conectividad en el viejo continente. Por esos días, además, se anunciaba la inyección de otros 865 millones de euros destinados a robustecer su conectividad digital pero también su seguridad.
Con un contrato de concesión a 12 años, el acuerdo busca permitir la existencia de servicios de conectividad seguros para entidades de gobierno y para fines comerciales, de cara a las necesidades que se planteen en 2030. Para su creación, el consorcio SpaceRISE, encargado de la ejecución del proyecto, involucra la participación de SES, Eutelsat e Hispasat; además de un ecosistema más amplio de subcontratistas y socios, entre los que se encuentran Thales Alenia Space, OHB, Airbus Defence and Space, Telespazio, Deutsche Telekom, Orange, Hisdesat y Thales SIX.
“Hoy no sólo estamos lanzando un proyecto satelital. Estamos lanzando una visión: una visión de una Europa más fuerte, más conectada y más resiliente”, dijo Andrius Kubilius, comisario de Defensa y Espacio de la CE, y valoró que “IRIS2 demuestra la determinación y el compromiso de la Unión de reforzar la posición espacial mundial de Europa, tanto en términos de seguridad como de competitividad, en beneficio de nuestros Gobiernos, empresas y ciudadanos”.
En lo que a la financiación del proyecto respecta, el anuncio adelanta que provendrá de las inversiones públicas previstas por la UE y por la Agencia Espacial Europea (ESA), además de los aportes privados que realice el consorcio SpaceRISE. Inclusive, el anuncio adelanta la previsión de que la Comisión contraiga compromisos presupuestarios iniciales en el marco financiero plurianual actual. Luego, a partir de 2027, la financiación “estará sujeta a la adopción de programas sucesores por el Parlamento Europeo y el Consejo, junto con la disponibilidad de créditos”.
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Resiliencia y seguridad
Con todo, se trata de una iniciativa muy atractiva en términos técnicos y tecnológicos, porque tomará las ventajas de los satélites de órbita terrestre media (MEO) y órbita terrestre baja (LEO) y que prevé garantizar resiliencia y servicios de conectividad seguros para los Estados miembros de la Unión Europea (UE) y las autoridades gubernamentales, pero que también tendrá fines comerciales al posibilitar la existencia de servicios de banda ancha de alta velocidad y la cobertura de zonas desfavorecidas.
En su anuncio oficial, la Comisión destacó que esta puesta permite que la UE consolide su posición estratégica en materia de conectividad satelital segura pero también que oficie de garantía de resiliencia frente a los desafíos emergentes: “Este programa no solo aborda las necesidades de conectividad actuales, sino que también sienta las bases para la autonomía estratégica de Europa en un mundo digitalizado”, dice.
Sin dudas, las cuestiones geopolíticas y la coyuntura también impone planificar la resiliencia. Hace dos semanas, la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) creó un organismo específico para fortalecer la resiliencia del cableado submarino. Algo que, si bien se plantea históricamente en el organismo, se materializó luego que se confirmara el corte de dos cables submarinos en el mar Báltico: el Arelión y el C Lion 1. Según trascendió en ese momento, el incidente es investigado como un posible sabotaje.
Imagen creada con chatGPT
Para Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva para la Soberanía Tecnológica, la Seguridad y la Democracia de la CE, “IRIS2 no es sólo un logro tecnológico, sino un testimonio de la ambición y la unidad de Europa. Esta constelación de vanguardia protegerá nuestras infraestructuras críticas, conectará nuestras zonas más remotas y aumentará la autonomía estratégica de Europa. Al asociarnos con el consorcio SpaceRISE, estamos demostrando el poder de la colaboración público-privada para impulsar la innovación y ofrecer beneficios tangibles a todos los europeos”.
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