La transformación necesaria de empresa de telecomunicaciones a empresa de tecnología

La industria de las telecomunicaciones está atravesando una disrupción global sin precedentes. Nuevas tecnologías, actores inesperados y un cambio radical en los hábitos de consumo han transformado las bases del negocio. Telefonía fija, móvil y televisión por suscripción, que antes eran pilares, están siendo reemplazadas por alternativas digitales como WhatsApp, Netflix y otras plataformas de streaming. Incluso el internet, un servicio esencial, se ha convertido en un commodity con márgenes decrecientes debido al aumento de la competencia.

Si alguna vez reemplazaste una llamada telefónica con un mensaje de WhatsApp o cambiaste la televisión por cable por Netflix, has sido parte de esta transición. Las empresas de telecomunicaciones saben bien por qué sucede esta disrupción y la necesidad de transformarse no es solo evidente, es urgente. Esto nos lleva a dos preguntas clave: ¿Cuál es el futuro de la industria?, ¿cómo pueden las operadoras reinventarse para prosperar?

¿Cuál es el futuro de las empresas de telecomunicaciones?

El futuro de las empresas de telecomunicaciones se encuentra en la transformación, pero no solo en el sentido tecnológico, sino en una redefinición profunda de su razón de ser. Más que una evolución, es una reinvención. Esto plantea una pregunta central: ¿en qué negocio están realmente las empresas de telecomunicaciones?

¿Siguen siendo empresas de telecomunicaciones o su negocio cambió?: Durante décadas, las operadoras se han definido por su capacidad de ofrecer infraestructura y conectividad, un modelo que prioriza el despliegue de redes, la cobertura y la velocidad. Sin embargo, este enfoque ha llegado a un límite en su capacidad de agregar valor. El Internet se ha convertido en un servicio básico, y el ingreso promedio por usuario (ARPU) continúa disminuyendo sin un camino claro hacia la diferenciación.

Es hora de cuestionar si su verdadero negocio es la conectividad o algo más ambicioso. ¿Son simplemente proveedores de telecomunicaciones o están llamados a liderar como creadores de experiencias digitales, habilitadores de tecnología o socios estratégicos en la transformación digital de hogares, emprendedores y empresas?

Las empresas que se aferren al viejo modelo corren el riesgo de convertirse en simples commodities, fácilmente reemplazables por actores que no tienen la misma infraestructura, pero sí una visión más disruptiva y orientada al cliente.

Se hace necesario repensar la industria pasando de infraestructuras a ecosistemas. La transformación no significa abandonar por completo el corazón del negocio, sino rediseñarlo desde una perspectiva más amplia. Esto implica una transición de la industria de telecomunicaciones hacia un modelo basado en ecosistemas digitales, en el que la conectividad sea solo una pieza dentro de un engranaje más grande.

Esto lleva a trabajar en experiencias integradas. Imagina un futuro donde no solo se ofrece Internet, sino plataformas que conecten dispositivos, personas y servicios de manera fluida. Por ejemplo, un hogar digital donde la red no es un servicio independiente, sino el habilitador de experiencias como la automatización doméstica, la seguridad avanzada o el entretenimiento inmersivo.

También en servicios tecnológicos especializados. Las empresas deben convertirse en socios confiables para pymes y grandes corporaciones, ayudándolas a digitalizar sus operaciones y mejorar su competitividad. Desde soluciones de ciberseguridad hasta plataformas de análisis de datos en tiempo real, el verdadero valor está en el conocimiento y la capacidad de implementación.

¿Por qué es urgente moverse a otra industria? El tope de crecimiento en las telecomunicaciones tradicionales es evidente. La disrupción de actores externos, como empresas tecnológicas y startups, está cambiando las reglas del juego. En este contexto, las empresas de telecomunicaciones no tienen más opción que expandir sus horizontes hacia industrias adyacentes o incluso completamente nuevas.

Se abre un escenario de competencia sin barreras. Antes, las barreras de entrada protegían a las empresas del sector. Hoy, actores como Amazon (con su servicio de satélites para internet) o SpaceX (con Starlink) han demostrado que no se necesita una infraestructura tradicional para irrumpir en el mercado. Estas empresas no solo compiten, sino que redefinen las expectativas del consumidor.

Y se dan fenómenos como la dominancia del software. Mientras que las empresas de telecomunicaciones han estado históricamente centradas en el hardware, el software ha tomado el protagonismo. Ahora, la inteligencia artificial está redefiniendo incluso al software, integrándolo de forma invisible en dispositivos y experiencias. En este escenario, el hardware se vuelve secundario, y la verdadera ventaja competitiva está en cómo las empresas gestionan y optimizan las interacciones digitales.

Por eso es necesario redefinir el propósito pensado en redes a un propósito basado en relevancia. En este panorama, el propósito de las empresas de telecomunicaciones debe evolucionar. Dejar de ser vistas como proveedores de infraestructura para posicionarse como creadores de valor en un mundo digital. Esto implica un cambio cultural y estratégico.

Supone tener mentalidad de startup. Las empresas tradicionales deben adoptar la agilidad y el enfoque centrado en el cliente que caracteriza a las startups tecnológicas. Esto incluye experimentar con nuevos modelos de negocio y estar dispuestas a abandonar aquellos que ya no funcionan.

Promover una cultura organizacional flexible. Aprender de empresas como Netflix, que priorizan la autonomía de los equipos y la toma de decisiones rápida, sin perder el foco en el usuario final.

Contar con nuevos indicadores de éxito. Más allá del ARPU, las empresas deben medir su impacto en términos de experiencia del cliente, lealtad y adopción de soluciones tecnológicas avanzadas.

El futuro ya no es hardware, es inteligencia artificial

La evolución tecnológica está llevando a la desaparición del hardware tradicional tal como lo conocemos. Teléfonos inteligentes, computadoras e incluso tablets serán reemplazados por interfaces más integradas, como lentes inteligentes o conexiones directas con el cerebro.

En este nuevo paradigma, la inteligencia artificial amplia (AGI) será el eje central. Permitirá interacciones más humanas y fluidas, desde comandos de voz hasta interfaces neuronales, transformando la forma en que las personas interactúan con la tecnología. Las empresas que lideren esta revolución tendrán la oportunidad de construir ecosistemas donde las telecomunicaciones sean el habilitador, pero no el protagonista.

Así las cosas, el negocio principal de las empresas de telecomunicaciones se ha vuelto un servicio básico que no ofrece grandes perspectivas de crecimiento. Según los estudios realizados Roland Berger entre el 2010 y el 2021, las empresas de telecomunicaciones han crecido durante 10 años a una tasa de 3,5 por ciento por año, mientras que las empresas de tecnología de software han crecido a una tasa del 27,4 por ciento por año. Del mismo modo, cuando evaluamos la valoración de las grandes operadoras de telecomunicaciones frente a las grandes empresas de tecnología de software, las empresas de telecomunicaciones han crecido su valoración durante 10 años en un 17 por ciento, mientras que las grandes empresas de tecnología de software han crecido su valoración durante el mismo periodo en un 1.339 por ciento.

¿Cómo pueden reinventarse las empresas de telecomunicaciones?

La reinvención de las empresas de telecomunicaciones no es un cambio incremental, sino una transformación radical que empieza desde lo más esencial: el mindset. No se trata únicamente de adaptar tecnologías o mejorar procesos, sino de repensar su esencia, su propósito y su manera de operar. A continuación, se exploran tres pilares clave para esta reinvención, basados en una visión audaz y pragmática del futuro del sector.

Un cambio de mindset desde la alta dirección: La transformación comienza en la mentalidad de la capa directiva. En un entorno de disrupción acelerada, las empresas de telecomunicaciones no pueden permitirse mantener jerarquías rígidas ni aversión al riesgo. Es necesario abrazar un nuevo paradigma que priorice la experimentación, el empoderamiento y la transparencia.

Experimentar más y no sólo planificar: Las empresas deben abandonar el enfoque tradicional de planificación a largo plazo y adoptar una mentalidad de experimentación constante. Esto implica lanzar proyectos piloto, probar hipótesis rápidamente y aprender del fracaso como parte del proceso de innovación. Las metodologías ágiles se convierten en un pilar fundamental para iterar rápidamente y adaptarse a un mercado en constante cambio.

Imagen: Geralt/Pixabay

Empoderar en lugar de controlar: Las estructuras jerárquicas tradicionales deben dar paso a redes colaborativas o “redarquías,” donde el liderazgo se basa en la influencia y el conocimiento, no en la autoridad formal. Empoderar a los equipos significa darles la autonomía para tomar decisiones rápidas, sin esperar aprobaciones interminables, y fomentar una cultura donde cada empleado actúe como un emprendedor dentro de la organización.

Transparencia en lugar de privacidad: En un mundo donde los consumidores demandan autenticidad, la transparencia debe ser un principio rector, tanto internamente como en la relación con los clientes. Esto no solo genera confianza, sino que facilita la colaboración y la innovación al compartir información clave entre equipos y socios estratégicos.

Este cambio de mindset es el primer paso para que las empresas de telecomunicaciones evolucionen más allá de los límites que hoy las restringen.

Diversificación hacia industrias emergentes: La reinvención no es posible sin diversificación. Las empresas de telecomunicaciones deben dejar de verse a sí mismas como simples proveedoras de conectividad y expandirse hacia sectores más dinámicos y lucrativos, como la tecnología, el software y la innovación abierta. Es decir, dejar de ser empresa de telecomunicaciones y transformarse en empresa de tecnología.

Invertir en startups y capital de riesgo: Las grandes empresas del sector deben convertirse en incubadoras y aceleradoras de innovación, invirtiendo en startups con potencial disruptivo. Este enfoque no solo abre la puerta a nuevas fuentes de ingresos, sino que también permite escalar empresas emergentes que podrían convertirse en los próximos unicornios.

Adoptar la mentalidad de la industria tecnológica: Esto implica no solo incorporar tecnología, sino operar como una empresa de tecnología. Desde una estructura organizativa ágil hasta la capacidad de tomar decisiones rápidas y asumir riesgos calculados, las telecomunicaciones deben alinearse más con las prácticas de Silicon Valley que con las de la industria tradicional.

Innovación abierta: Las empresas deben colaborar más allá de sus fronteras, integrando socios estratégicos, desarrolladores externos y hasta competidores en su ecosistema de innovación. Esto les permitirá mantenerse a la vanguardia y capitalizar oportunidades que surjan fuera de su ámbito tradicional.

Diseñar experiencias memorables para los clientes: Aunque la tecnología es el pilar básico de las telecomunicaciones, el verdadero diferenciador está en la experiencia que ofrecen a sus clientes. La transformación debe enfocarse en diseñar experiencias positivas que conecten emocionalmente con las personas en cada punto de contacto.

Diseño del journey del cliente: Más que resolver problemas puntuales, las empresas deben mapear y optimizar el viaje completo del cliente, desde el primer contacto hasta el servicio postventa. Dibujar el customer journey, pero no quedarse sólo en eso, sino desarrollar el service blueprint de cada interacción problemática y diseñar una nueva experiencia positiva. Esto incluye personalizar interacciones, anticiparse a necesidades futuras y ofrecer un soporte excepcional en tiempo real.

Conexión emocional: La tecnología debe humanizarse para generar vínculos emocionales con los clientes. Esto puede lograrse mediante experiencias intuitivas, soluciones proactivas y una comunicación que priorice la empatía y la transparencia.

Integrar tecnología con propósito: Las herramientas como la inteligencia artificial y el análisis de datos avanzados deben utilizarse no solo para mejorar la eficiencia, sino para entender profundamente a los clientes y crear soluciones que realmente agreguen valor a sus vidas.

El tiempo para implementar estos cambios es limitado. La disrupción en el sector no muestra signos de desaceleración, y los nuevos jugadores están redefiniendo las reglas del juego. La respuesta dependerá de la capacidad para repensar el propósito, adoptar un mindset transformador y abrazar un modelo de negocio de crecimiento que las posicione no solo como proveedoras de servicios, sino como arquitectas de un futuro digital conectado, ágil y centrado en las personas.

El desafío para las operadoras es claro. Deben dejar de ser vistas como simples proveedores de conectividad para convertirse en socios estratégicos en la transformación digital. Esto requiere adoptar una mentalidad innovadora, diversificar ingresos y liderar en tecnología. El éxito dependerá de su capacidad para anticiparse al futuro y liderar el cambio, redefiniendo su propósito en un mundo digital. ¿Listo para el cambio?

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Gerente nacional de Productos & Marketing de Netlife. Tiene más de 20 años de experiencia liderando la estrategia competitiva de grandes empresas de tecnología en Ecuador. Es un experto en innovación de modelos de negocio y estrategias de marketing generando crecimiento exponencial en las empresas que ha colaborado. Ingeniero en electrónica y telecomunicaciones, con tres maestrías en marketing, dirección empresarial e innovación. Actualmente, es gerente nacional de Productos & Marketing en Netlife, mentor en Startuplink, docente de postgrado en prestigiosas Universidades en Ecuador y España, Speaker en TEDx, EXMA y conferencista internacional.

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