“Es un golpe fuerte que no haya electricidad porque el shock con el usuario lo enfrentan las telcos”. Con esta definición a la que no le sobra contundencia, Patricia Falconi, presidente de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Asetel) de Ecuador, explicó la crisis que viene afectando a este país con la sequía y la subsiguiente falta de energía, y el impacto que esto genera en la conectividad. Desde hace un mes y medio, Ecuador viene realizando cortes programados de electricidad que se han extendido hasta 16 horas. Si bien se espera que la situación se normalice en las próximas semanas la perspectiva es que esto vuelva a repetirse en 2025. ¿Qué están haciendo las operadoras para mitigar esta situación vinculada también al cambio climático?
Cuando no hay energía, las comunicaciones se van apagando conforme vayan pasando las horas. Este primer lunes de noviembre el corte programado terminará siendo de ocho horas, cuatro por la mañana, y cuatro por la tarde. Si bien se trata de un horario de actividad educativa y comercial, hoy no se sentirá tanto el impacto porque es el ultimo feriado desde el pasado 31 de octubre.
Más allá de este hecho puntual, el rango de tiempo durante el que se extiende el corte va al límite de las cuatro a ocho horas de autonomía que suelen tener las baterías que alimentan a las antenas de telefonía celular cuando la energía se va. Y, lógicamente, esto provoca problemas en la provisión del servicio. Si los cortes duran más tiempo los problemas para recambiar y abastecer de fuentes de energía alternativa también se incrementan.
Tal como lo dijo el propio ministro de Telecomunicaciones de Ecuador, César Martín, el jueves pasado, cuando se decidió “inventar” un feriado más antes del correspondiente al día de los muertos y la fundación de Cuenca: “Ante la falta de suministro eléctrico, los ecuatorianos se ven afectados por la calidad del servicio de telecomunicaciones. Para poder dar el servicio de telefonía móvil en Ecuador se necesita energía eléctrica”, admitió en una entrevista realizada en TeleAmazonas. Allí subrayó que “lo que está ocurriendo es una intermitencia del servicio no una suspensión total” de las prestaciones de telefonía móvil e Internet.
Refuerzo de los sistemas de abastecimiento
Frente a esta situación, Falconi dijo a TeleSemana.com que “las operadoras vienen generando un reforzamiento de sus bancos de batería, especialmente de las que requerían un cambio, y que por su importancia necesitaban mayor duración. Adicionalmente, las que no contaban con un generador se les terminó proveyendo”. Esta tarea se viene encarando desde abril hasta estos días, tiempo en que “han realizado inversiones en reforzamiento de sus sistemas y sus equipos”, agregó Falconi.
Los cortes programados se suceden de manera continua en Ecuador desde el 18 de septiembre pasado, cuando comenzaron por períodos de apenas seis horas. Pero en un contexto donde el país atraviesa la peor sequía desde hace 60 años, esa decisión se llevó a las 12 horas por día a partir del 23 de septiembre. Aunque hubo días que los cortes se extendieron hasta las 14 horas diarias.
Imagen: Mintic.
Esto sucedió porque las dos principales centrales hidroeléctricas de Ecuador, Coca Codo Sinclair, ubicada en la Amazonia ecuatoriana, y Mazar, más al sur del país, no vienen recibiendo los regímenes habituales de lluvias. A esto se sumó que otras termoeléctricas que podrían haber abastecido parte de la demanda no pudieron hacerlo porque no recibieron el mantenimiento adecuado, y aunque se está trabajando en ello su aporte no será inmediato para salir de esta crisis. En el medio, y ante la imposibilidad de que Colombia le proveyera de energía porque también se encuentra al límite de su autosuficiencia energética, el gobierno contrató una barcaza que está generando 100 megavatios. Más allá de que este proceso está sospechado de maniobras oscuras, lo cierto es que tampoco alcanza para evitar los cortes.
Y que no haya electricidad se siente tanto como no poder conectarse a Internet o enviar y recibir un Whatsapp. Por eso el shock inmediato, de reclamo, lo enfrentan las operadoras de telecomunicaciones. “El sector está trabajando en ir generando energía hidroeléctrica privada a través de la compra de energía de este tipo y también de paneles solares. Pero es un proceso que se ha iniciado y que madurará con el pasar del tiempo”, agregó Falconi.
Y no es para menos. Ecuador cuenta con 18 millones de clientes de telefonía móvil, de los cuales 11,4 millones se conectan a Internet por esta vía, mientras otros 3 millones lo hacen a través de accesos fijos, de acuerdo a los datos oficiales.
Cada quien con su responsabilidad
La directiva de Asetel aclaró, no obstante, que hay que entender bien las responsabilidades de los distintos actores. “Partimos de la premisa de que, como operadoras de telecomunicaciones, tenemos la obligación de brindar continuidad en el servicio. Pero la energía es un servicio público provisto por el Estado. Y las telcos no pueden suplir al 100 por ciento esa responsabilidad”, advirtió.
Reiteró, sin embargo, que están haciendo “esfuerzos grandes” para estar preparados para eventos fortuitos pero no para situaciones tan impactantes como la que están transitando ahora. “Las operadoras fijas y móviles están encarando inversiones grandes para enfrentar contingencias. El 90 por ciento de la infraestructura móvil de las tres operadoras tienen fuentes alternas de energía, además de haber reforzado las infraestructuras críticas”.
Las contingencias que provoca el cambio climático en América latina está obligando a las operadoras de telecomunicaciones a encarar acciones para mitigar los efectos, tal como sucede con los incencios forestales en Chile, o con las alertas de tsunami. Allí, sector público y privado colaboran para prevenir la falta de comunicación frente de este tipo de contingencias.
La expectativa es que, a partir de los trabajos que se venían realizando en la previa a esta sequía y estos cortes de energía, el sector de las telecomunicaciones de Ecuador cuente con energías alternativas limpias en el mediano y largo plazo, que colaborarán de manera más definitiva en paliar situaciones de este tipo.
Pero hasta que ese tiempo llegue hay que enfrentar el día a día y estar atentos a lo que informe el Operador Nacional de Electricidad CENACE, a cargo de informar por cuántas horas se extenderán los cortes a lo largo de las jornadas. Y hacer de nuevo las cuentas porque las estrategias para suplir la energía que falta seguramente tendrá impacto en el Opex.
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