El anuncio realizado este lunes en la Argentina encendió la llama de la pregunta y la repregunta ¿Qué pasa con Arsat? ¿Cuál es el rol y cuál es el plan de largo plazo? ¿Es viable su privatización? ¿Qué opinan los trabajadores de la empresa? ¿Se está capitalizando la empresa o se asiste a su vaciamiento? ¿Y qué paso entre las telcos y el regulador con el Fondo Fiduciario de Servicio Universal (FSU)?
La vorágine de los días y el derrotero de las informaciones hace que a veces sea difícil poner las ideas y las miradas en perspectivas. Hace un año, en el marco de un evento internacional que tuvo epicentro en Buenos Aires, el LatSat, se planteó que el mercado satelital de América latina moverá 40.000 millones de dólares hacia 2027 y que Arsat sería uno de sus principales jugadores. Pocos meses después, se aseguraba que la empresa daba pérdidas. Luego, que había que privatizarla. Inmediatamente después, que cotizaría en Bolsa.
Hoy, hay quienes advierten que el escenario es de “vaciamiento”, sobre todo a partir del anuncio que el vocero presidencial argentino, Manuel Adorni realizara este lunes que involucraba, entre otras medidas y sin mayores detalles, la disponibilidad al mercado del espectro reservado en la subasta de 5G.
Arsat es una Sociedad Anónima con participación estatal mayoritaria, una SAPEM. Su capital radica en tener una Red Federal de Fibra Óptica (Refefo) con 31.259 Kilómetros de fibra iluminada, dos satélites geoestacionarios en órbita (y un tercero que está en proceso de construcción), una red de Televisión Digital Terrestre (TDA), un datacenter con certificaciones TIER III, y espectro radioeléctrico disponible. También significó, durante mucho tiempo, el orgullo de erigirse como herramienta con la que construir una industria satelital propia, formar personal hiper-especializado, ofrecer servicios mayoristas y tender una estrategia de achicamiento de la brecha digital en un país extenso y geográficamente desafiante. Sin embargo, con el cambio de gobierno una de las primeras medidas que se adelantaron fue su posible privatización.
¿Vaciamiento o capitalización?
Puertas adentro, la situación es de “preocupación e incertidumbre”. TeleSemana.com pudo saber -de mano de los propios trabajadores que pidieron resguardar su identidad- que lo que se percibe es que “avanzan con el vaciamiento, hoy a través del espectro”.
En la descripción del estado de situación mencionan que ya hubo una reducción del 15 por ciento de la planta de personal, en muchos casos, de perfiles muy especializados, impulsado por la pérdida salarial, estimada en el 50 por ciento por un conflicto paritario que está pronto a cumplir un año; la ausencia de inversión y de presupuesto para mantenimiento; y la permanente propuesta de retiros voluntarios.
En lo que respecta a proyectos y mantenimientos, los trabajadores consultados por TeleSemana.com dijeron que sólo continúan vivas aquellas iniciativas que ya contaban con inversiones recientes, como el datacenter, o que involucraban compromisos y financiamientos externos, como es el caso del SG1, que se anunció hace cuatro años y que hace un año continuaba en proceso de construcción.
En ese sentido, la Refefo es una de los grandes interrogantes. Según los propios trabajadores, la red fue una de las más afectadas porque “prácticamente, se desmantelaron los equipos que trabajaban en esas cuadrillas”. Hace un mes, el Enacom autorizó una partida 1,5 millones de dólares (1.500 millones de pesos argentinos) para incrementar su capacidad Luego, el titular de la empresa, Mariano Greco, anunció el plan de privatizarla: llevaría el 49 por ciento del paquete accionario a la Bolsa en 2025.
¿Hay plan?
Juan Gnius, consultor en nuevas tecnologías asociado en TITICOM y miembro de la Comisión de Tecnología, Innovación y Transformación Digital del Centro Argentino de Ingenieros (CAI), puso en contexto el tema. “La asunción del nuevo gobierno en diciembre de 2023 supuso un cambio abrupto en la concepción del Estado. (…) Hubo un vaivén de meses para las autoridades del sector y aún restan cubrir casilleros de funcionarios” dijo, y valoró que esto “no solo es una cuestión organizativa y burocrática, sino que indica que las telecomunicaciones no tuvieron un papel claro -ni destacado- desde el inicio del gobierno”.
“Arsat, en parte, quedó en medio de esta situación, aunque con autoridades definidas desde el principio. Sin embargo, se desconoce cuáles serán las políticas públicas de conectividad que llevará adelante el gobierno, más allá de dejar en manos del mercado (privadas) todo lo que sea posible; no solo en telecomunicaciones sino en la actividad económica en general”, dijo el consultor quien apuntó, además, que “el recorte presupuestario que lleva adelante el gobierno también afecta a Arsat”.
“Se sabe que telecomunicaciones es un sector de capital intensivo, que requiere fondos para ampliar infraestructura y especialmente para mantenerla. En este aspecto, teniendo en cuenta la filosofía gubernamental, Arsat será mermada en recursos estatales por lo que muy difícilmente continúe con la extensión de años anteriores en Refefo, data center y TDA. Lo mismo sucederá con el proyecto del tercer satélite SG-1, planeado para entrar en órbita en 2025 aunque a estas alturas suene a una expresión de deseos. Otro aspecto es el mantenimiento de los recursos humanos de la empresa. Hay un éxodo de profesionales calificados por la baja salarial que viven”.
Para Gnius, Arsat “cumplió un rol clave en llevar conectividad a localidades que el mercado dejó de lado, esto ahora está riesgo, no solo llegar a nuevas localidades sino también a mantener la presencia donde ya está presente”. Destacó que pese a que “en el gobierno anterior se inició una puesta en valor del datacenter, con la ampliación de servicios mayormente enfocados a cloud, es muy probable que esto no siga adelante”.
“Por supuesto existen cosas a mejorar y volver más eficientes en la operación de la Refefo y el centro de datos”, dijo Gnius y apuntó, por ejemplo, que “el espectro radioeléctrico en manos de Arsat es un recurso ocioso, ya que la empresa nunca hizo uso del mismo, más allá de la existencia de diversos proyectos, cuanto menos, muy discutibles en términos de necesidad y necesidades de financiamiento”.
Martín Becerra, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y docente universitario, coincidió con Gnius. Valoró que “hay un vaciamiento del capital humano importante, como en casi todas las áreas que involucran tecnología y ciencia en el Estado argentino”, signado por “un desfinanciamiento y un éxodo de personas calificadas de esta empresa”, a lo que sumó el maltrato y la falta de pago generalizada.
E, inclusive, cuestionó si existe un plan en sí. “¿Qué es lo que quiere hacer este gobierno? Lo desconocemos. Y entre otras cosas, lo desconocemos porque como pasó en Arsat, en 10 meses se cambió el directorio de la empresa y también a las autoridades del área de telecomunicaciones. Gente muy competente que estuvo sólo dos semanas es un maltrato tremendo. Todo esto habla de mucha improvisación en toda la conducción del área de telecomunicaciones, la falta de una mirada integral que se replica cuando miramos el caso de Arsat”.
“Hay anuncios que son contradictorios entre sí o que son muy improvisados”, agregó Becerra quien cuestionó que el presidente de Arsat dijera que no sabía que haría con el espectro reservado y, dos semanas, después, el presidencial dijera otra cosa, que se licitaría. Pero también cuestionó esta información. “El anuncio de esta licitación tampoco es claro porque es una generalidad muy grande. No conocemos la letra chica, ni cuáles son las condiciones. Ya no solo los objetivos y las obligaciones de inversión, sino también al precio de los pliegos. Si no conocemos las condiciones de esa eventual licitación, tampoco conocemos si es una estrategia de gobierno, como fueron todos los gobiernos desde Menem hasta hoy (N. de R.: La asunción del primer gobierno de Carlos Menem fue en 1989, hace 35 años). Más allá de la retórica distinta que han tenido muchos de ellos”.
¿Privatización o vaciamiento? Para Becerra una cosa no es incongruente con la otra. “El abandono, podríamos decir, puede ser solidario con privatización parcial, quiero decir, de algunos negocios que sean efectivamente atractivos” y ejemplificó, con la posibilidad de ofrecer el datacenter pero abandonando toda inversión en el plan satelital.
Imagen: Ariadna/MorgueFile.
Dicen que “a mar revuelto, ganancia de pescadores”
Todo el escenario y el debate que se genera alrededor de Arsat, del posible interés del ecosistema del empresariado local y hasta de Starlink es, hoy, del orden de la especulación… pero que está y que se comenta.
“Es prematuro aventurar quién será el ganador de una nueva licitación de especto, teniendo en cuenta los resultados de la última, donde se vio a dos jugadores (Telecom y Claro) con mayor apetito que Telefónica”, valoró Gnius al preguntarle sobre quién cree que será el principal ganador de esta medida.
Micaela Sanchez Malcom es asesora del Gabinete de la Presidencia de la Auditoría General de la Nación (AGN), docente universitaria y fue Secretaria de Innovación Pública de Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación Argentina de la administración de gobierno anterior. Su mirada cuestiona el plan desarrollado a la fecha y subraya el rol que, a su entender, debería desempeñar Arsat.
“En una línea, el vocero presidencial reforzaba la idea de que estaban trabajando en la desregulación, la apertura de mercados y la corrección de cualquier distorsión que pudiera existir en la prestación de servicios; y me parece que el posicionamiento de Arsat es absolutamente estratégico para corregir esas distorsiones, porque tiene un despliegue federal con presencia en todas las provincias del país. En ese sentido, ayuda a corregir diferencias, brechas y falta de servicios en lugares donde efectivamente el mercado tradicional o las empresas incumbentes no están llegando en territorio”, señaló.
También cuestionó el anuncio por no tener “sustento técnico y en términos programáticos de la licitación del espectro que había sido reservado estratégicamente para Arsat en la licitación de 2023”, a la par que valoró que se contradice con la idea de que la empresa cotizara en la Bolsa.
“Arsat opera como un prestador de servicios mayorista, como un agregador de valor en todo el territorio nacional, en una posible combinación y articulación con las empresas de telecomunicaciones incumbentes y también las pequeñas y medianas que están todo el territorio nacional”, dijo Sanchez Malcom y subrayó que “había una serie de planes que Arsat venía desarrollando. Nadie sabe qué ocurrió con esto, ni a qué obedece la decisión del Gobierno de desfinanciar una empresa estratégica en términos de servicios de telecomunicaciones, que además son servicios absolutamente necesarios en el marco del crecimiento de los servicios digitales en todas las verticales de la economía”.
“Concluyendo, el estado de salud de Arsat podría calificarse como necesitada de cuidados intensivos para mantener su infraestructura. Durante años se pensó a Arsat como baluarte de cierta ´soberanía tecnológica´, de por sí un concepto que habría que analizar en profundidad. Lo cierto es que esta soberanía requiere de estrategia y sobre todo, financiamiento, algo que no tendrá lugar en esta administración”, dijo Gnius.
¿Y las telcos?
Tras el cierre de edición de la nota que TeleSemana.com publicó este lunes sobre el tema, esta redacción recibió la palabra oficial de Telecom, el otro operador al que Adorni hizo referencia en su anuncio y a quien esta editora pidió conocer su mirada.
La empresa dijo que “Telecom cumple y ha cumplido siempre con todas sus obligaciones regulatorias, incluidas las relativas al Servicio Universal, efectuando aportes millonarios que la convierten en el principal aportante a dicho fondo. Sólo en lo que va del año 2024, Telecom lleva aportados más de 12.000.000.000 de pesos” que, en dólares supera los 12 millones.
También responde a la acusación de adeudar 3.000 millones de pesos (más de tres millones de dólares) al Fondo de Servicio Universal. Dice que “Telecom ha ejercido en sede administrativa las defensas correspondientes, por entender que ha realizado prestaciones por encima de sus obligaciones regulatorias” y agrega que la empresa “ha sido auditada anualmente respecto de la composición e información contenidas en las Declaraciones Juradas presentadas ante la autoridad competente y todas las intimaciones recibidas han sido respondidas siempre en tiempo y forma”.
Luego, el operador resume su aporte. Por ejemplo, sus 20.000 empleados directos, sus más 30 millones de clientes y los más de 6.000 millones de dólares invertidos en el país entre 2017 y 2023, entre otros aspectos.
Continuará…
Esta historia continuará porque, conforme pasan las horas, también hay mas voces dispuestas a compartir su mirada. De momento, aquí se exhiben las que se pudieron concretar 24 horas después de reavivado el debate por la suerte de Arsat. Y eso es bueno porque, con cada respuesta, las preguntas se multiplican.
Gerardo
Muy buen articulo y análisis, hace unos casi 40 años que he trabajo en el sector de las comunicaciones tanto gubernamentales y privadas, (ya estoy retirado). Veo que el Gobierno tiene una gran ineptitud e improvisación de querer hacer cambios sin análisis profundo, solo existe la premisa de privatizar a toda costa y no analizan mantener los servicios estratégicos que hoy son fundamentales como las comunicaciones y los transportes. En caso de conflicto (porque hoy ya tenemos varios conflictos armados en el mundo y situaciones limites fronterizas) son fundamentales que encuentren en manos de la Nación. Eso ya lo vimos y lo vemos en los embargos y la no venta de material de uso militar por parte del Reino Unido. Piensen que pasaría si un prestador satélite de comunicaciones privado se niega a darnos el 100% del servicio para enlaces de comunicaciones porque está en conflicto con otro extranjero, y el gobierno se maneja todo ON LINE por internet.. una prueba de eso fue hace un par de años atrás el terremoto en Chile que partió en dos al país trasandino y todas la comunicaciones de satélites, internet, celular no funcionaban. Que tuvo que hacer recurrir a los viejos radioaficionados chilenos y argentinos para comunicarse entre el norte y el sur – la zona central estaba incomunicada. En la guerra de Malvinas había un embargo de repuestos para los aviones y de armamento para la defensa por varios países extranjeros. Los aviones volaban por la pericia de los mecánicos que improvisaban repuestos o porque algunos se fabricaban en las pequeñas PYMES que tenían capacidad de diseño y fabricación para hacerlo.
En fin todas estas declaraciones e improvisaciones mal hechas nos van a llevar a una zona oscura que además Con otro artículo “Conectividad para todos: El papel del satélite en la inclusión digital para América Latina”, demuestra el papel fundamental del Gobierno Mexicano en comunicar e incluir a la poblacion del interior aislada, esa era la directiva fundamental de ARSAT. Realmente, que saben las autoridades las funciones estratégicas que tiene el Gobierno, eso tiene un costo que no quiere asumir para mantener su déficit cero que en realidad todos lo sabemos no existe, pero lo dibujan en el papel. Gracias por dejarme expresar en este foro. Prof.Ing. Gerardo Di Pietro.-
Noelia Tellez Tejada
Gracias por tu comentario y por el aporte de tu experiencia en el sector, Gerardo Di Pietro. Saludos. Noelia.