La noticia es buena e involucra que en cuatro años Perú dio un salto cualitativo en términos de conectividad: más de nueve millones de hogares, o el 91,9 por ciento de ellos, tiene acceso a Internet fijo o móvil; cifra que llega al 80,1 por ciento en los rurales. Así lo reflejan los resultados de la Encuesta Residencial de Servicios de Telecomunicaciones (Erestel), que realiza el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel).
Hace tan sólo tres años, un informe elaborado por DN Consultores reflejaba que un tercio de la población de Perú no estaba conectado a Internet, pero no sólo eso, sino que buena parte de esas personas desconocían, inclusive, los beneficios que el acceso a la conectividad podía ofrecerles. Hoy, el panorama es diferente.
El Erestel sistematizó y publicó el balance de los datos recabados hasta diciembre de 2023 donde el incremento de hogares conectados (con acceso fijo o móvil) se multiplicó en un 15,7 por ciento en la comparación con 2019. Y, si se lo pone en perspectiva de largo plazo, se cuadruplicó en los últimos 11 años.
El mayor crecimiento se destaca en las zonas rurales, donde fue del 38,6 por ciento. Con ello, cuatro de cada cinco hogares de las regiones más apartadas del país registraron tener conectividad a fin de 2023. En lo que a la zona de Lima Metropolitana respecta, cuya capilaridad es tradicionalmente alta, pasó del 92,4 por ciento en 2019 al 97,9 por ciento en 2023; mientras que en el resto urbano pasó del 79,5 por ciento al 92 por ciento.
Estar conectado importa, pero no es lo mismo contar con enlaces fijos o móviles; sobre todo por el umbral de posibilidades y usos que cada uno involucra. Sin embargo, la asequibilidad y la alfabetización digital imprimen un umbral que el celular sí puede sortear.
Por ello, en esta encuesta del regulador, la mayor cantidad de enlaces que conectan a los hogares es móvil, que pasó de estar presente en el 74,2 por ciento de las viviendas en 2019 al 90,7 por ciento en 2023. En contrapartida, y lejos de esa penetración, la conectividad fija pasó del 29 por ciento al 45,8 por ciento de los hogares. Aún no llega a la mitad de las viviendas.
Además, en más del 94 por ciento de los hogares peruanos hay, al menos, un dispositivo móvil para conectarse a Internet, pero en casi la mitad (el 47,7 por ciento) hay dos. Inclusive, hay más teléfonos inteligentes que televisores. En más del 99 por ciento de las familias se contabiliza al menos un servicio de telecomunicaciones.
Fue en el área rural donde, como en la ecuación general, se destacó el salto que dio la conectividad fija, que pasó del ocho por ciento en 2019 al 13,5 por ciento en 2023, frente a la móvil que está presente en el 79,1 por ciento de hogares rurales.
Para Marco Vílchez, director de Políticas Regulatorias y Competencia del Osiptel, “este aumento en el Internet fijo en zonas rurales refleja un esfuerzo por reducir la brecha de conectividad en estas áreas, donde tradicionalmente la penetración de este servicio ha sido limitada”.
En lo que respecta al resto de la región urbana, pasó a tener una capilaridad del 38.4 por ciento de enlaces fijos y un 90,4 por ciento móvil.
La conectividad como herramienta de inclusión social
El sondeo también muestra la apuesta por la inclusión social de las poblaciones más relegadas en términos económicos. En Perú, el sector D/E es el que menores niveles de ingresos posee: en 2023 se registró que un 86,9 por ciento de los hogares contaba con acceso a Internet, frente al 64,5 por ciento de 2019. En la otra punta del escalafón de estratos sociales condicionados por el poder adquisitivo, la capilaridad de conectividad también se multiplicó y llegó al 98,9 por ciento de los hogares de los sectores A/B y al 96,8 por ciento de los hogares del sector C.
Imagen: MTC Perú.
En lo que a grupos etarios refiere, el Erestel identificó que el incremento más relevante de conexiones se dio entre aquellas familias cuyo jefe de hogar es una persona de 51 años o más, que pasaron del 67,7 por ciento de los hogares en 2019 al 86,6 por ciento en 2023. Aunque no fue el grupo etario en ostentar la mayor capilaridad. En otros, donde su responsable familiar tiene entre 18 a 29 años, la penetración es del 95,2 por ciento; similar a los cortes siguientes: de 30 a 35 años, en un 95,5 por ciento; de 36 a 45 años, alcanza 95,8 por ciento; y de 46 a 50 años, es de 94 por ciento.
“Estos resultados destacan un avance continuo en la adopción de tecnología, incluso en grupos de mayor edad, tradicionalmente con menor acceso a las telecomunicaciones”, agregó Vílchez.
La cuestión de la cobertura en Perú está en proceso de evolución. Mientras se espera que se resuelvan aspectos estratégicos, como el avance hacia 5G -que ya se anunció que será mediante asignaciones directas- , se trabaja en una nueva reforma regulatoria que se inscriba en las necesidades actuales. De momento, el informe completo de Erestel está disponible aquí.
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