En medio de un creciente debate sobre la neutralidad de la red y los costos del tráfico de datos, dos gigantes del ecosistema digital, Meta y Deutsche Telekom (DT), están envueltos en una disputa que podría tener implicaciones globales. El conflicto gira en torno a cómo el tráfico de datos de Meta fluye hacia la red de DT, reflejando las crecientes tensiones entre los proveedores de contenido y los operadores de telecomunicaciones.
Por un lado, el gigante de Internet acusa al operador alemán de socavar los principios de la neutralidad de la red, señalando que DT estaría utilizando su poder de mercado para restringir el acceso de los usuarios a ciertos servicios que no pagan las tarifas impuestas. Según Meta, esta situación representa una amenaza para la experiencia de los usuarios y para la integridad de un internet abierto.
Meta también destaca que, durante 2022, invirtió más de 27.000 millones de euros a nivel mundial en infraestructura digital, lo que ha reducido los costos para operadores como DT. Además, la empresa ha tomado medidas significativas para mantener la disponibilidad de sus aplicaciones directamente a través de la red del operador alemán. Sin embargo, tras el fallo de un tribunal alemán que avaló las tarifas impuestas por el operador, Meta ha optado por redirigir su tráfico a través de un proveedor de tránsito, lo que la empresa describe como una práctica común en la industria.
Desde la perspectiva de DT, la situación es diferente. El operador alega que Meta ha tergiversado los hechos. Antes de la pandemia, el tráfico de datos de Meta fluía a través de conexiones directas mediante un acuerdo de pago, pero durante la crisis del covid-19, el gigante de Internet dejó de cumplir con estos pagos. DT llevó el caso a los tribunales y el fallo le fue favorable. En respuesta, Meta ha optado por evitar los pagos redirigiendo su tráfico a través de un proveedor de tránsito en lugar de utilizar las conexiones directas.
Según el consultor de telecomunicaciones John Strand, este conflicto tiene raíces profundas. En 2010, DT y Meta —entonces Facebook— firmaron un acuerdo en el que el operador se comprometió a dedicar 24 puntos de interconexión privados con 50 puertos y una capacidad de 5.000 Gbps en siete ubicaciones “para el uso exclusivo de los servicios de Meta”, que incluyen Facebook, Instagram y WhatsApp. A cambio, Meta pagaba aproximadamente 5,8 millones de euros al año, un acuerdo que parecía beneficiar a ambas partes. Sin embargo, en 2020, Meta solicitó una reducción del 40 por ciento en el precio, según Strand, a lo que DT se negó, ofreciendo en su lugar un descuento del 16. Antes de que se pudiera llegar a un nuevo acuerdo, la pandemia golpeó y Meta terminó el contrato a finales de ese año.
A pesar de la terminación del acuerdo, DT continuó ofreciendo a Meta la posibilidad de usar los puertos “en beneficio de los consumidores” mientras se negociaba un nuevo acuerdo. Sin embargo, Meta dejó de realizar los pagos citando el concepto de peering sin costo o settlement-free peering. Este principio, argumenta Meta, es parte fundamental de los acuerdos de interconexión directa que tiene con miles de otros operadores de telecomunicaciones en todo el mundo. Según Meta, estas relaciones de peering sin costo benefician a todas las partes, ya que permiten un flujo de datos eficiente y equitativo.
No obstante, DT no comparte esta visión. La empresa alemana argumentó en los tribunales que Meta estaba exigiendo un tratamiento preferencial para su tráfico de datos sin pagar por ello. En 2022, el tribunal falló a favor de DT y ordenó a Meta pagar 20 millones de euros en tarifas atrasadas. La decisión judicial se basó en que el uso de los puertos de peering por parte de Meta debía estar sujeto a un acuerdo mutuo y a un intercambio equilibrado de tráfico. Según Strand, el tribunal concluyó que, al cancelar el contrato, Meta estaba esencialmente exigiendo un tratamiento premium para sus datos de forma gratuita, mientras que los consumidores solo tienen acceso a la red pública de Internet mediante un esfuerzo razonable.
La decisión judicial ha marcado un punto de ruptura definitivo entre Meta y el operador alemán. A medida que Meta decide redirigir su tráfico a través de un proveedor de tránsito, surge la pregunta sobre si DT permitirá que estas conexiones se mantengan fluidas o, por el contrario, se congestione el tráfico como una forma de presionar a Meta para que pague nuevamente.
En un artículo publicado en The Center for Internet and Society (CIS) en Stanford Law School, la académica Barbara van Schewick señala que este conflicto es parte de una tendencia preocupante en la que los grandes operadores de telecomunicaciones de Europa, incluido DT, están presionando para imponer tarifas adicionales conocidas como network fees o tarifas de red. Van Schewick advierte que si DT decide no ampliar sus conexiones con los proveedores de tránsito, como ha sucedido en el pasado, los usuarios de aplicaciones populares como WhatsApp, Instagram y Facebook podrían experimentar una ralentización significativa en Alemania.
Más allá de esta disputa, el operador alemán subraya que este conflicto pone de relieve la necesidad de una regulación europea que resuelva este tipo de desacuerdos. DT apoya la propuesta de la Comisión Europea (CE) para crear un mecanismo de resolución de disputas obligatorio, que permitiría a una autoridad reguladora actuar como árbitro en casos en que grandes tecnológicas y operadores no lleguen a un acuerdo sobre los costos del transporte de datos.
El desenlace de este conflicto podría sentar un precedente importante sobre cómo los proveedores de contenido y los operadores de telecomunicaciones colaboran para gestionar el tráfico de datos. El problema de este conflicto es que recuerda a los debates entre un creyente y un ateo, es decir, debates que no tienen nunca una resolución.