Luz y gas, e Internet, por supuesto. Es lo que sumará a partir de ahora MasOrange como un modo de expandir la provisión de servicios, en este caso públicos, con el objetivo de generar mejores niveles de ingresos. La operadora española anunció que, luego de una prueba piloto, extenderá esta alternativa a toda la red comercial que posee en este país.
El mercado de las telecomunicaciones en España transita una profunda reconfiguración. En medio de fuertes procesos de fusiones y adquisiciones, las operadoras buscan el modo de generar ingresos a través de otras fuentes. Actúan en mercados maduros, por ende no tienen tanto para crecer en términos de clientes, tampoco en incrementar mucho más la facturación por la conectividad. Sumar otros servicios públicos como la luz y el gas y facilitarle esta gestión a los usuarios es la tendencia.
MasOrange informó que venía realizando una prueba piloto desde agosto en unas 70 sucursales comerciales que lograron que unos 200.000 clientes contrataran estos servicios, hecho que al mismo tiempo le permitió incrementar en 70.000 los nuevos usuarios en el año, 45 por ciento superior a lo logrado en el año anterior. Dados los resultados, es decir, más clientes y mejor facturación, decidió extenderlo a todo el país.
Facilidad y descuentos
¿De qué se trata específicamente este servicio? Aquellos clientes que contraten el servicio de luz y gas con la marca MasOrange tendrá un descuento en la factura de telecomunicaciones. Este beneficio podrá acumularse en caso de que se contrate el mismo servicio en otras viviendas o en una segunda casa, por ejemplo.
La posibilidad de contratar los servicios de telecomunicaciones, la luz y el gas a la misma operadora está disponible también para las marcas de MasOrange, como Yoigo, Jazztel, Euskaltel, Lucera, MasMovil, y Pepephone. Parte de la prueba piloto se llevó adelante con los clientes de Euskaltel que ya desde abril podían contratar esta oferta combinada de servicios de energía y telecomunicaciones.
Internet residencial. Imagen: Mctic Brasil.
Amalgamar los servicios públicos ofrecidos por uno u otro actor está comenzando a ser una prestación cada vez más común entre los distintos actores. Hace unos meses, Onivía, uno de los principales proveedores de red neutral de España, habilitó la posibilidad de brindar servicios de luz y gas a sus clientes. Y en el último tiempo decidieron ir también a la inversa, brindarles a las empresas de energía la chance de vender servicios de Internet, tal como se contó el caso en este encuentro de Charlas de Café.
Otra iniciativa previa fue la impulsada por la Asociación de Operadores de Telecomunicaciones (AOTEC) de España que junto con la compañía ODF Energía comercializan los servicios de electricidad a través de la marca Cableluz. Proyecto que también contempla la venta de energía verde.
El antecedente africano
El modelo de negocios suele contemplar que las proveedoras de servicios de Internet y telefonía compren energía al por mayor para, luego, revenderla. En España, los servicios de energía están completamente separados de los de telecomunicaciones pero los empaquetan en una misma factura.
Parte de este movimiento destinado a agrupar dos o más servicios a través de un mismo abordaje es novedoso en Europa pero no lo es en Africa, por ejemplo, desde hace más de una década las operadoras, en vez de instalar sus infraestructuras en zonas rurales, le compran el servicio completo a quien provee la energía, bajo la modalidad ESCO (Energy Service Company) que, luego, al incorporar el servicio pasó a llamarse NESCO (Network Energy as a service company). En esos casos, una parte de la licencia trabaja como mayorista y su cliente único es el operador que, así, externalizó su conectividad rural con la ventaja de contar con la energía para brindar el servicio.
En la Argentina, las cooperativas de servicios públicos son las que tienen más experiencia en la venta de servicios de telecomunicaciones con los de electricidad, principalmente. Algunas exploran, en la actualidad, la posibilidad de incorporar la provisión de energías renovables, como modo de respuesta a las tendencias globales vinculadas tanto con cambio climático como con eficiencias.
Ahora Europa, con España a la cabeza, parece estar marcando un nuevo paradigma en la provisión de servicios de telecomunicaciones en conjunto con los de energía. Una especie de triple play de servicios públicos, que también requiere un acompañamiento de las regulaciones para habilitar estas nuevas posibilidades de servicio.
Debe estar conectado para enviar un comentario.