Brasil redobla su apuesta para posicionarse en la industria global de semiconductores

Como parte de su política de neoindustrialización, ahora buscará inyectar fondos para producir y exportar chips

Con la aprobación de una legislación que promueve el desarrollo industrial de semiconductores y la extensión de beneficios fiscales previstos en Manaos, Brasil redobla la apuesta en una estrategia que tiene en claro el rol que puede ocupar en la cadena global de producción e innovación. La iniciativa busca incentivar la producción nacional de chips, a través de la inyección de fondos en toda la cadena productiva.

Brasil quiere y puede

Esta semana, el Senado de Brasil aprobó un proyecto legislativo que articula el programa Brasil Semiconductores (Brasil Semicon), previsto en el PL 13/2024, para crear y garantizar mecanismos financieros que propicien el desarrollo y la producción de microchips y paneles solares en el país. En adelante, esta medida sólo espera la convalidación del primer mandatario, Luis Inácio Lula Da Silva. La expectativa es que su funcionamiento sea reglamentado dentro de los primeros seis meses.

Entre los datos oficiales se compartió que Brasil ocupa el décimo lugar en la escala global de esta industria y el primero en América latina. Además, se apostó a que el gasto mundial en TIC supere los 5 billones de dólares este año. De los 3,2 billones de dólares invertidos en el sector en 2023, sólo el 1,6 por ciento de ellos, alrededor de 50.000 millones de dólares, provino de Brasil.

CHIP

La producción local de semiconductores representa un negocio de 5.000 millones de reales anuales (más de 894 millones de dólares) y generan 2.500 empleos directos; al tiempo que el 90 por ciento de las computadoras y la mitad de los teléfonos inteligentes cuentan con semiconductores producidos en el país.  Y, con esta medida, la expectativa involucra ampliar el horizonte a mercados internacionales, incluido Estados Unidos.

La estrategia no es nueva y no sorprende porque se inscribe en otras apuestas ya dadas por el país, tanto por el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) como de la neoindustrialización. Se trata de incentivar la inversión en investigación y desarrollo (I+D), en innovación y la agregación de valor, en este caso, en torno al desarrollo nacional de semiconductores, con un foco especial en paneles solares, teléfonos inteligentes, notebooks y otros dispositivos vinculados al desarrollo de la industria 4.0.

Tal como lo refleja la comunicación del Senado carioca, la aprobación -disponible aquí– posibilita que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep) inyecten recursos al desarrollo industrial de semiconductores además de crear el Consejo de Gestión de Brasil Semicon.

Imagen: Nathaniel_U/Flickr

Imagen: Nathaniel_U/Flickr

La idea es que estos organismos financien las inversiones que se requieran en materia de infraestructura productiva y automatización de líneas manufactureras; en la adquisición de maquinaria y equipo nacional o importado; en el licenciamiento, desarrollo, personalización, implementación y actualización de software para la gestión integrada de procesos de diseño o fabricación; en las actividades de I+D y ampliación de la capacidad productiva o actualización tecnológica; y en los gastos operativos y administrativos.

La letra legislativa aprobada también extendió la vigencia del Programa de Apoyo al Desarrollo Tecnológico de la Industria de Semiconductores (Padis) del 2027 al 2073, mismo plazo al que se extendió la vigencia de la Ley TIC, en coincidencia con la vigencia de los beneficios previstos para la Zona Franca de Manaos. Inclusive, la medida incorpora la desgravación fiscal a nuevas actividades como, por ejemplo, el diseño de software para entornos virtuales.

La apuesta en relación al Padis es aumentar su eficacia, simplificar su operatividad y garantizar las exportaciones. Inclusive, elimina la necesidad de que el gobierno condicione la lista de productos o “insumos incentivados” y, con ello, permite que el programa tenga mayor flexibilidad ante las dinámicas del negocio y del sector.

En cuanto a la extensión de la Ley TIC, la medida busca fomentar el uso de la tecnología desarrollada a nivel nacional (Tecnac) e incrementa el crédito fiscal concedido a cambio de inversiones en I+D, del 13,65 por ciento al ​​17 por ciento de los ingresos incentivados para las empresas del Norte, Nordeste y Centro-Oeste, y al ​​15 por ciento en las demás regiones.

Para el ministro de Fomento, Industria, Comercio y Servicios, Geraldo Alckmin, con esta sanción se dio “otro gran paso hacia la neoindustrialización de Brasil, aprovechando las ventanas de oportunidades que se abren en un mundo que atraviesa grandes transformaciones” y afirmó que “al incentivar toda la cadena productiva, incluidos servicios como el diseño industrial, nuestra industria de semiconductores dará un salto de calidad en un sector tecnológico de vanguardia estratégico para nuestro desarrollo, y podrá volverse más competitivo en el escenario internacional”.

Imagen: Killer Biscuit/Flickr

Imagen: Killer Biscuit/Flickr

La idea no es sólo brasilera

La emergencia sanitaria que puso en vilo al mundo en 2020 reflejó no sólo la problemática vinculada a los sistemas de salud y el funcionamiento (o no) de las alarmas epidemiológicas de todo el planeta, sino que el desarrollo de semiconductores es una prioridad. Desde aquellos días, Brasil viene discutiendo su interés en profundizar la apuesta que, ahora, encauza con incentivos fiscales. Y se suma al interés ya anunciado tanto por República Dominicana como por México.

En el caso de Dominicana, luego de conocerse el resultado de sus estudios de factibilidad para la promoción de esta industria, el presidente del país, Luis Abinader, declaró que es “de alta prioridad nacional” la promoción, la innovación y el desarrollo de la industria de semiconductores en su territorio. Y así lo estableció el Decreto 324-24 donde, además, se prevé que el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes desarrolle la Estrategia Nacional de Fomento a la Industria de Semiconductores (Enfis) para posicionar al país como un territorio “estratégico, competitivo, confiable y seguro” para desarrollar la industria de chips.

Estados Unidos, por su parte, sancionó la Ley de Chips y Ciencia, hace dos años para promover el desarrollo local de esa industria: una estrategia que tiene doble impacto porque, a la par que fomenta el desembarco productivo en su territorio, profundiza la disputa geopolítica. Europa también apostó a reforzar las cadenas de suministro.

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Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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