A menos de una semana que Vodafone España y Masorange firmaran una carta de intención para crear una red de fibra compartida a nivel nacional, este martes Telefónica de España y Vodafone sellaron un acuerdo idéntico para usar de manera conjunta la red de fibra al hogar (FTTH, por su sigla en inglés). Se trata de un convenio que, de prosperar, permitirá cubrir con servicios a unos 3,5 millones de unidades inmobiliarias.
Imagen: Scott Graham/Unsplash
El anuncio se oficializó a través de un comunicado en el que se señala que “la nueva compañía prestará servicio de fibra óptica a Telefónica España y Vodafone España, tanto para sus servicios minoristas como mayoristas, y en su incorporación se estima que tenga alrededor de 1,4 millones de clientes conectados, alcanzando un nivel de penetración de aproximadamente el 40 por ciento en la huella de la FibreCo”.
La nueva futura compañía estará participada de acuerdo a la cantidad de clientes de cada uno en esa huella. Hacia adelante, la intención es “incorporar un inversor financiero en el capital de la nueva entidad de fibra”.
El objetivo de esta nueva fusión es generar eficiencias y poner en valor la red disponible, tal como lo describió Emilio Gayo, presidente de Telefónica España. Y esto lleva también a la meta de Vodafone España que es transformar a esta operadora en una empresa más competitiva a partir de garantizar a los clientes el acceso a las redes de fibra óptica, tal como lo explicó José Miguel García, principal ejecutivo de Vodafone España.
¿El mismo acuerdo entre todas?
¿Cómo hay que analizar este acuerdo a pocos días del mismo convenio celebrado entre Vodafone y Masorange? TeleSemana.com había anticipado que algo se estaba cocinando en el mercado de fibra óptica de este país. Definitivamente todos poniendo sus condimentos para dar lugar a un buen plato. La necesidad de eficientizar las infraestructuras se recita como mantra en la industria desde hace años. Telefónica es uno de sus principales juglares en este sentido.
Lo que están decidiendo las operadoras no es menor. España cuenta con uno de los mejores índices de fibra óptica de Europa: más de 70 millones de conexiones de banda ancha por encima de los 30 Mbps de velocidad en el país en el país, lo que da a entender que esta tecnología está llegando inclusive a las zonas rurales, de acuerdo a los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de ese país. Sobre este total, más de 15 millones están soportados en fibra óptica.
España ocupa el séptimo lugar entre los países de la Unión Europea con los mejores índices de conectividad y servicios públicos digitales, y su calificación en las competencias medidas en este indicador se encuentran por encima de la media. En la actualidad está por delante de Alemania, Francia e Italia. En lo que hace a despliegue de FTTH, esta tecnología ya está presente en al menos el 80 por ciento de los hogares de este país.
Estos datos muestran que las operadoras de la industria hicieron su trabajo, es decir, invirtieron en activos de red. De lo contrario no se tendrían esos niveles de cobertura. Pero en tiempos donde cuesta cada vez más generar ingresos, donde ganar eficiencias está en el tope de las prioridades, y donde se apela a la sustentabilidad financiera como paraguas de cualquier decisión, este nuevo acuerdo parece tener sentido.
Se viene escuchando desde hace un tiempo largo también que ya no es posible concebir la yuxtaposición de redes, porque el diferencial competitivo de las operadoras pasa por los servicios y no por la infraestructura, que en definitiva es la misma para todas las prestadoras.
Entre ventas y hogares pasados
Además de Telefónica, Masorange y Vodafone, otras operadoras también tienen sus redes de fibra, como Euskaltel, R y Telecable, sin olvidar que Digi vendió hace unos cuatro meses su red de fibra a Onivía, la otra fibreco, por 750 millones de euros. Sin olvidar tampoco que las grandes prestadoras ya venían montando sobre sus infraestructuras los servicios de otras más pequeñas.
Movistar posee la mayor cobertura de fibra de España, con 25,8 millones de hogares pasados con fibra. Masorange soporta en su red los servicios de Jazztel, Yoigo y Pepephone, además de tener otros 17 millones de hogares pasados por fibra. Cifra que se eleva a los 29 millones de hogares si se suman los accesos sumados a partir de un acuerdo mayorista con NEBA, una mayorista que permite a las prestadoras llegar a las zonas rurales, tal como recuerda un informe de ADSL Zone.
Vodafone, en tanto, cuenta con 14 millones de hogares pasados por fibra, red sobre la que funcionan además los servicios de Lowi. Digi ya totaliza nueve millones de clientes, mientras que Euskaltel, Telecable y R completan este panorama con más de 2,5 millones de clientes que todavía permanecen en redes dotadas de tecnología de cable o híbrida.
Si las principales operadoras vienen compartiendo sus activos de red con sus competidores, no debe sorprender demasiado el acuerdo que ahora celebran Telefónica con Vodafone. La española es una de las principales promotoras de la compartición a ambos lados del Atlántico.
Imagen: heinzremyschindler/ Pixabay
A estas redes que, como se ve, comienzan a entrelazarse de un modo cada vez más fuerte, se suma la de Onivía, que opera básicamente en el centro-este de España y que, en sólo tres años de operaciones, ya cuenta con casi 10 millones de hogares pasados a lo largo de más de 1.400 municipios.
Onivía es la fibreco que adquirió la red de Digi unos meses atrás, operación que está a punto de terminar de aprobarse en los organismos regulatorios. Propiedad de Macquarie Capital (el fondo que quiso ingresar en Telecom Italia), Arjun Infrastructure Partners y Aberdeen Standard Investments, esta operadora de red neutral aborda tanto a zonas urbanas como rurales y pone a disposición de quienes se suben a su activo una serie de servicios a tono con el negocio que ese interesado está buscando.
¿Será que la red neutra que conformen las operadoras se enfrentará en competencia con la que vienen desarrollando los fondos de inversión? ¿Será este el panorama futuro en cuanto a activos de red? ¿O todavía queda espacio a futuro para nuevos acuerdos si las cartas de intención firmadas en esta última semana prosperan y los reguladores dan el visto bueno?
Es difícil hacer futurología. Pero, sin dudas, España es hoy el país a mirar en cuanto a cómo comienza a plantearse la compartición de infraestructura, y cómo impactará esa idea de una sola red en la configuración de ¿innovadores? servicios.
Debe estar conectado para enviar un comentario.