Argentina analiza cómo seguir distribuyendo espectro en el mercado. Luego de la licitación 5G concretada en octubre de 2023, este país ya atribuyó de manera efectiva 980 MHz de espectro para servicios inalámbricos. Hacia adelante, espera seguir poniendo a disposición del sector más recursos tanto en 4G como en 5G, incluídas las bandas milimétricas, además de activar el mercado secundario.
Fueron algunos de los adelantos que Héctor Huici, quien fuera subsecretario de la ahora ex Subsecretaría de Conectividad y Telecomunicaciones y actual Subsecretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, y que dio en el marco del Foro Virtual de Espectro 2024 de 5G Americas CALA. Allí destacó que una de las ventajas que la Argentina ha sabido mantener a lo largo del tiempo es que el espectro se atribuye para “servicios inalámbricos”, lo que supone flexibilidad en su utilización, para que no sean sólo móviles y siempre permitan evolucionar desde el punto de vista tecnológico sin requerir intervención ni autorización del Estado.
Foto: Ericsson
En América latina, el promedio de asignación de espectro hasta finales de 2023 era de 526,9 MHz, según datos de Brecha Cero. Con la última licitación 5G, la Argentina no sólo volvió a estar entre los países que más distribuyeron este recurso sino que prácticamente duplica el promedio regional.
Destacó, en este escenario, que la Argentina cuenta con “una cantidad apreciable de espectro vacante tanto en 4G como en 5G y es algo que debemos abordar en el corto plazo porque el espectro no utilizado supone un costo de oportunidad que se paga con menor desarrollo de servicios, menor inclusión y mayores precios”.
Agregó que “en un país que está atravesando una situación crítica disponer de más espectro puede significar mejorar los servicios sin necesidad de adquirir más radiobases y realizar más inversión en materia de capital”.
La mira en las bandas milimétricas
En su presentación hizo un repaso sobre lo realizado por Chile, Brasil, Colombia y República Dominicana en materia de atribución de espectro. Subrayó que se viene trabajando en la identificación de diversas bandas para la prestación de servicios y que “la Argentina a diferencia de Chile y Brasil no ha adjudicado en sus licitaciones 5G bandas milimétricas. Seguramente se analizará en un futuro cercano. Los ejemplos más exitosos se dan en Estados Unidos con los servicios FWA pero acá estamos con un estadío inferior”.
La banda de 2.3 GHz pareciera ser una de las que podría tener prioridad, de acuerdo a lo observado durante su exposición. Sin olvidar que el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) identificó en 2021 tanto a ésta como a las bandas de 1500 MHz: 1427-1518 MHz; AWS-3: 1770-1780 MHz / 2170-2200 MHz; 2300 MHz: 2300-2400 MHz; 26 GHz: 24,25-25,75 GHz; 38 GHz: 37-43,5 GHz para brindar servicios 5G, además de las de 3.5 GHz puestas en licitación el año pasado.
Por otro lado, Huici también anticipó diversas acciones futuras de la subsecretaría tendientes a darle más dinamismo al mercado, como el desarrollo de mercados secundarios o la posibilidad de promover el ingreso de actores interesados cuando un licenciatario no cumplió con su obligación de despliegue.
Planteó, respecto del primer punto, “desarrollar los mercado secundarios con mayor flexibilidad para que se pueda transferir libremente el derecho de uso (de las bandas) y lograr un mejor aprovechamiento”.
5G para casos concretos
También aclaró que no se debe pensar que, por caso, 5G debe estar en todos lados, sino en donde se necesita, con énfasis en el sector industrial. “Posiblemente, el sector industrial esté dispuesto a pagar en muchos lugares por tener acceso a ese recurso y queremos fomentar que eso suceda. Pero yo me doy satisfecho si ampliamos nuestra cobertura territorial 4G que para el común de la gente es un servicio de conectividad significativamente aceptable”, subrayó.
En ese sentido, consideró que las obligaciones de cobertura “no tienen que ser cubiertas con las nuevas frecuencias o tecnologías que estamos adjudicando sino con espectro que ya está disponible y con un desarrollo de tecnología que cumpla con las necesidades de conectividad, a nivel residencial y escolar, y no que sea lo último”.
Fue claro en la necesidad de “pensar que podemos usar el espectro para mejorar la calidad de nuestros servicios sin exigir mayores inversiones necesariamente. Si se dispone de más espectro se pueden tener menos radiobases para dar calidad óptima de servicios”.
Esto vino a colación de que, en su parecer, no siempre habrá puja por las nuevas adjudicaciones. Razón por la que, señaló, habrá ver que ver “cómo generamos incentivos razonables, no artificiales” para la mayor y mejor cobertura. Propuso facilitar la compartición de infraestructura tanto pasiva como activa dentro de parámetros razonables como una medida en esa dirección.
Sostuvo que dentro de América latina hay “criterios muy válidos para adjudicar espectro” y que es posible “hacer una nueva síntesis para que el espectro mejore la calidad de vida de los habitantes y del desarrollo económico de la región priorizando cobertura”. Y que otorgar espectro por mayores plazos de tiempo -como sucedió con la licitación 5G en la Argentina, que extendió la concesión de 15 a 20 años- y pensar los diseños territoriales con que se adjudica permitirá lograr esos objetivos.
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