ABI Research acaba de publicar una proyección que estima que las Interfaces de Programación de Aplicaciones (API, por sus siglas en inglés) en el sector de las telecomunicaciones generarán ingresos por un valor de 13.400 millones de dólares en 2028. La firma global de inteligencia tecnológica sostiene que, a pesar de las previsiones optimistas de algunas asociaciones, como la GSMA, que sugieren ingresos mucho mayores, es improbable que las telcos puedan convertir estas iniciativas en un éxito comercial sin una planificación adecuada y cambios fundamentales en su mentalidad, cultura y modelo comercial.
Esta afirmación se pone en contexto cuando se observa la información proporcionada por la GSMA durante el Mobile World Congress (MWC) de este año, donde Mats Granryd, su director, mencionó un estudio realizado por McKinsey que afirmaba que las iniciativas de Open Gateway y otras APIs de red representan una oportunidad de 300.000 millones de dólares para las telcos de aquí al final de la década —muy alejado de las proyecciones de ABI Research—.
Sin embargo, esta información no era del todo precisa. El informe de McKinsey, que fue frecuentemente citado durante la semana del MWC y después para ponerle lo dientes largos a los operadores de todo el mundo —y con éxito—, predice en realidad que esos golosos 300.000 millones de dólares en ingresos relacionados con las APIs se refieren no solo a las APIs en sí mismas, sino también a los ingresos relacionados con la conectividad y la computación en el borde que estas API prometen desbloquear. Es decir hay un efecto cascada o bola de nieve entre las APIs, la propia conectividad 5G y el edge.
Cuando se trata de ingresos generados directamente por las APIs, la previsión de McKinsey se sitúa aproximadamente en la misma línea que la de ABI Research, esperando que esté entre 10.000 millones, en el caso más pesimista, y 30.000 millones de dólares, en el más optimista.
Pero si revisamos otras firmas de consultoría, encontramos que en realidad hay previsiones incluso más pesimistas e inferiores a las de ABI Research. IDC proyectaba en junio de este año que los ingresos mundiales por APIs en telecomunicaciones y redes alcanzarán solo 6.700 millones de dólares en 2028, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR, por sus siglas en inglés) del 57,1 por ciento durante el período de 2023 a 2028.
ABI Research destaca que las API de seguridad, de network slicing y las relacionadas con la calidad de servicio a demanda tienen el potencial de ser las más exitosas debido a que proporcionan funcionalidades únicas no ofrecidas por otras compañías a los desarrolladores. Dimitris Mavrakis de ABI Research afirma que la participación de proveedores de CPaaS e hyperscalers, quienes ya han creado comunidades de desarrolladores, podría aliviar significativamente la carga de las operadoras y ayudarles a comercializar sus iniciativas de APIs. Además, menciona que las APIs de proyectos como CAMARA y Open Gateway son un paso en la dirección correcta, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer en términos tecnológicos, advierte.
IDC, por su parte, argumentaba en marzo que, aunque la industria de las telecomunicaciones tiene un historial mixto en la monetización de APIs, su reciente enfoque en nuevas APIs de red está siendo defendido por todos los principales operadores, con el apoyo global de agregadores clave de APIs como los proveedores de nube y las entidades líderes de CPaaS. IDC señalaba hace unos meses que el éxito a largo plazo de estos esfuerzos dependerá en gran medida del ecosistema más amplio, compuesto por agregadores de APIs e integradores de sistemas que puedan generar las propuestas de valor necesarias para la educación y adopción del mercado.
Ambos informes, de ABI e IDC, coinciden en que los operadores deben adaptarse rápidamente al nuevo paradigma para poder aprovechar el potencial de las APIs en la era de 5G y más allá. La discrepancia en las cifras proyectadas por ABI Research e IDC subraya la incertidumbre y el desafío que enfrentan las telcos al intentar comercializarlas. En última instancia, el éxito de estas iniciativas dependerá de la capacidad de las telcos para colaborar eficazmente con otros actores del sector tecnológico y adaptar sus modelos de negocio a un entorno digital en constante evolución.