Migrar las redes de cobre y coaxial a fibra óptica genera mejor consumo de energía y ahorros millonarios que ningún operador puede desconocer

La cuestión energética forma parte de la agenda del sector de las telecomunicaciones. Y para lograr la eficiencia esperada en redes fijas uno de los puntos clave pasa por migrar las infraestructuras de cobre como también las de coaxial heredadas y encarar proyectos orientados hacia la fibra óptica. Los ahorros que se alcanzan son millonarios, a tal punto que podrían exceder el presupuesto anual de inversión de cualquier proveedora de servicios de telecomunicaciones. Un llamado de atención para aquellos países en donde más de las mitad de las conexiones de banda ancha todavía funcionan en viejas tecnologías.

Las recomendaciones forman parte del informe titulado “Kit de herramientas de eficiencia energética de redes fijas”, elaborado por la World Broadband Association (WBBA), en el que recomendaron a la industria garantizar la migración de la red a través de una arquitectura de red simplificada y nuevas soluciones de inteligencia artificial (IA), además de crear instalaciones energéticamente eficientes, como edificios y oficinas centrales.

También subrayaron la necesidad de concentrarse en la eficiencia energética de los equipos en las instalaciones del cliente (CPE) y la adopción de indicadores y metodologías unificadas de medición de la eficiencia.

La otra ventaja de esta migración, aseguraron, es que logran reducir los espacios para servidores, lo que permitiría generar ahorros de alquileres o destinarlos a otros usos más productivos. Y esto también supondrá un menos consumo de energía lo que equivale a aumentar la eficiencia de los sistemas de provisión energética y de refrigeración.

El informe fue presentado en Shangai en la última semana. Allí, Alzbeta Fellenbaum, analista principal de 5G y banda ancha, precios y estrategia de Omdia dijo que trabajar en la mejora de la eficiencia energética “es una estrategia capaz de minimizar el impacto ambiental asociado a la conectividad de banda ancha fija. También es un componente clave de un objetivo más amplio de lograr la neutralidad de carbono y abordar las preocupaciones ambientales”. Una postura que también se toma en la industria cuando se trata del consumo energético a nivel de las redes móviles.

La cuestión de la sostenibilidad ambiental subyace a las estrategias de renovación de la tecnología de banda ancha. No obstante, el foco del informe se concentró en la necesidad de promover arquitecturas de red simplificadas “porque tienen el menor tráfico de paso y puede reducir el consumo de energía”. También recomendó introducir “soluciones impulsadas por IA para optimizar esto aún más, ya que pueden monitorear y gestionar los cambios de tráfico, rutas, volúmenes y políticas de asignación”.

Los CPE “representan más de las tres cuartas partes del consumo de energía de las redes de acceso fijo, y esto debe abordarse”, afirmó James Zhou, co-autor del trabajo presentado y director de Huawei Europe Optical Standard. “Al reducir los objetivos de consumo de energía por dispositivo y aumentar la vida útil de los productos a través de tecnologías preparadas para el futuro, se puede reducir con éxito el consumo general de energía“.

El informe incluyó también algunos cálculos sobre el impacto del remplazo de las viejas infraestructuras de cobre y de cable coaxial. Se concluyó, entre otras cosas, que una red de fibra, además de ser más simple, confiable y garantizar un mejor rendimiento, puede generar un ahorro de 54 dólares por año por hogar pasado en comparación con el costo energético que supone una red HFC. Ese monto asciende hasta los 91 dólares por hogar por año si se trata de una infraestructura de cobre.

Llevado a 10 años, se trata de un ahorro de 540 dólares y 910 dólares por hogar, sigue el reporte. Pero es interesante llevar este cálculo a la base total de clientes. Si un pequeño prestador atienden a 40.000 usuarios, se trata de un ahorro de 2,16 millones de dólares para el primer caso, y de 3,64 millones de dólares para el segundo. Si se trata de un gran operador que, por ejemplo, tiene que remplazar la red de cable coaxial de 2 millones de hogares, ese ahorro alcanzaría los 108 millones de dólares en un año. Cualquiera de las cifras calculadas, definitivamente, resulta atractiva y no debería hacer dudar a nadie sobre la conveniencia de migrar hacia la fibra óptica de una vez.

México, Colombia, Ecuador, Argentina, entre otros, integran el grupo de países que todavía tienen más de la mitad de sus infraestructuras de banda ancha fija operando en cobre y cable coaxial. Una muestra de todo lo que hay por trabajar hacia adelante en la región.

En el informe, que puede leerse desde aquí, se detallan otros cálculos como el ahorro en costos de licencias, sin dejar de lado problemas más habituales como el robo de cables de cobre con las complicaciones que eso produce a nivel de servicio.

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Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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