Aún con contradicciones, el 80% de las personas se apoyará en la IA para tomar decisiones pero ¿cómo se cuidará la integridad de las redes?

El 80 por ciento de los consumidores utilizarán inteligencia artificial (IA) en 2030 para tomar decisiones importantes que provocarán cambios en sus vidas. Es una de las conclusiones del un reporte del Ericsson Consumer Lab, en donde también quedó evidenciada una contradicción: el entusiasmo por adoptarla especialmente en áreas como educación, trabajo y cuidado también produce ciertos temores respecto a los impactos en otras áreas.

Bajo el título Diez tendencias de consumo candentes en la década de 2030: el futuro impulsado por la IA, el reporte señaló que los primeros en adoptar la IA creen que los innovadores más exitosos del futuro podrían ser aquellos que ignoren esta tecnología. ¿Más contradicciones o apuesta por buscar soluciones desde nuevos lugares?

Para realizar el informe se encuestó a 6.500 usuarios de inteligencia artificial de 13 ciudades  quienes debieron evaluar 120 ideas de servicios digitales en 15 áreas que iban desde la moda hasta el entretenimiento, pasando por el empleo, la salud y hasta cuestiones vinculadas con los comportamientos personales. Entre las ideas generales que surgieron hubo coincidencia en que la IA ayudará a comprar una vivienda con más facilidad, como también realizar mejores inversiones, e inclusive cambiar hábitos de vida teniendo en cuenta simulaciones de salud. Asimismo, que tendrá un rol importante a la hora de buscar un buen empleo, y que servirá para mejorar las habilidades de los niños.

Pero del mismo modo en que se manifiesta entusiasmo, aparecen miedos y ansiedades. Un punto en común entre ambos grupos es que hay una creencia general acerca de que la IA evolucionará de tal manera que no tendrán control sobre cómo afectará sus vidas o parte de ellas en 2030.

En este punto es donde, más allá de que cuatro de cada cinco usuarios terminará usando la IA para diversas actividades cotidianas, el 70 por ciento se muestra escéptico sobre el rol que terminará teniendo esta tecnología. Por el contrario, un 37 por ciento de los llamados early adopters y un 27 por ciento de los temerosos de su incorporación creen que sí podrán controlar el uso de la IA en sus vidas.

Al profundizar en los números surgidos del reporte de Ericsson se observa, además, que poco más de la mitad de los aspirantes a la adopción de la IA dicen que intentarán utilizarla tanto como sea posible, en comparación con el 26 por ciento de los que le temen, lo que apunta a la probabilidad de fragmentación en los patrones de uso. Sin embargo, un 95 por ciento de los encuestados -casi todos- creen que al menos algunos aspectos de las 10 tendencias señaladas en el reporte se harán realidad.

Otro aspecto que llama la atención es que para un 58 por ciento de los encuestados la innovación de los próximos años pasará por quienes se atrevan a no usar la IA, o los consejos que surgen a partir de la irrupción de esta tecnología.

Los contrastes y las contradicciones que hoy se observan están mostrando cuán humana se está volviendo la discusión como también la necesidad de profundizar en los modos en que su adopción impacte positivamente. Será justamente su mejor entendimiento lo que permitirá dar lugar a mejores productos y servicios, con o sin IA, aún cuando cueste considerar que se pueda prescindir de ella en el futuro. Hoy ya es usada en una infinidad de prestaciones sin estar demasiados concientes de ello: las publicidades que se disparan en las redes sociales luego de haber navegado entre cierto tipo de perfil es el ejemplo más antiguo y evidente de este proceso.

¿Qué pasará con las telecomunicaciones y el tráfico de la red? Es una pregunta que surge del trabajo de Ericsson puesto que manejar el volumen de datos por dispositivo será crucial para los servicios digitales que se vengan, tal como lo expresó Michael Björn, jefe de agenda de investigación del Ericsson Consumer & IndustryLab para quien “las expectativas de los consumidores son importantes ya que esto también tiene implicaciones en las capacidades del tráfico de la red para manejar el uso futuro de datos por dispositivo”.

¿Cuáles son, en definitiva, las 10 tendencias surgidas del reporte? Aquí el listado, que lleva a plantear algunas preguntas adicionales.

1. Compradores artificiales. La pregunta es si los asistentes personales de IA provocarán el fin de la publicidad. Para el 75 por ciento, los asistentes de compras con IA descartarán los anuncios y, para muchos otros, las grandes empresas tecnológicas utilizarán estos asistentes para influir en las compras de los consumidores. ¿Puro márketing artificial?

2. Moda generativa. ¿Las tendencias de moda serán impuestas por humanos o por la IA? Para el 60 por ciento, en la década de 2030 los seres humanos recurrirán a la cirugía plástica para conseguir el estándar de belleza adecuado generado por IA. ¿Cuál será si se supone que tendrá que trabajarse sobre los sesgos, incluidos los de belleza?

3. Guiones sensibles. El mundo del cine estará impactado por la IA. Para el 68 por ciento será posible clonar a sus amigos por IA para que sean parte de esas historias. ¿Chau imaginación para componer personajes?

4. Gemelos digitales humanos. Tanto se habla de estas soluciones que la posibilidad de simular cualquier cosa en la vida también impactará en las relaciones sociales. La mitad de los encuestados no tiene dudas de que las personas simularán sus matrimonios hasta para divorciarse. ¿Y la máxima que plantea la sabiduría de la incertidumbre?

5. Progenie programada. Y si habrá impacto en las parejas y relaciones humanas, también habrán cambios en el cuidado infantil que, asistido ahora por IA, permitirá aliviar esa carga para los padres. Claro que aquí también se encienden las luces de la empatía, o de su falta. Para un 74 por ciento los asistentes de IA en la crianza de los hijos mejorarán las habilidades técnicas de los niños, pero disminuirán la inteligencia creativa y emocional. Para quedarse pensando sin pregunta añadida.

6. Gobernar por IA. Otro punto de atención. La IA proveniente del sector público buscará mejorar la sociedad pero se enfrentará con los objetivos de las IA corporativas. Un 72 por ciento cree que las IA corporativas serán más astutas que las IA sociales. Un dilema que viene planteando interrogantes desde la masividad de las redes sociales.

7. Empleados sin poder. Para un 67 por ciento, la IA será necesaria para conseguir un buen puesto de trabajo y si bien hay una coincidencia generalizada de que ayudará a mejorar su rendimiento laboral también se percibe el riesgo de que le quitará significado.

8. Trastorno de datos. Tal vez sea el punto que genere la mayor discusión, actual y futura. ¿Hacia dónde hay que ir? ¿Hacia la regulación o el salvaje oeste digital? Todo dependerá de quién controle los datos. Para el 75 por ciento las nuevas regulaciones permitirán a los ciudadanos optar por no participar en ciertas cuestiones que demanden su decisión. Otra contradicción en puerta.

9 La IA se vuelve loca. Y si los humanos están un poco locos ¿por qué no considerar que la IA, su producto, también lo esté? En la actualidad se habla de sus alucinaciones y de la imposibilidad de explicar con contundencia por qué ocurren. El informe subrayó que “las IA más interconectadas podrían empezar a desarrollar su propia agenda”. De hecho, un  59 por ciento cree que la futura coexistencia con las IA podría resultar difícil.

10. Guardianes de llaves. ¿Los guardianes de claves de IA conectados protegerán la privacidad o aumentarán la dependencia en la era digital? La pregunta está abierta. Lo que fue concluyente es que siete de cada 10 encuestados señalaron que hacer clic en un botón, deslizar la tarjeta de identificación y recordar los inicios de sesión serán innecesarios ya que la IA se encargará de eso.

Si esto sucederá a futuro -un futuro a cinco años, nada más que eso- ¿las discusiones actuales están poniendo el acento en el rol que cumplirán las infraestructuras? Porque, más allá de las 10 tendencias enumeradas y de los interrogantes que se abren, se debe tener en cuenta que los datos que alimenten la IA en cualquiera de sus esferas sociales serán soportados por redes que, en este escenario, se convertirán en infraestructuras extremadamente críticas. La IA está lanzada. Cómo trabajaremos con ella y cómo abordaremos sus riesgos parece ser una cuestión más sobre la que trabajar.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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