Chat GPT ya es capaz de hablar, escuchar y observar. El mundo empresarial sabe que es el camino hacia el cual dirigirse, pero no sabe muy bien cómo avanzar en la adopción de la inteligencia artificial (IA) y de sus aplicaciones asociadas, como las operaciones autónomas. El sector de las telecomunicaciones es el más pesimista respecto de sus implementaciones futuras.
Las previsiones señalan que el mercado global de IA está creciendo a un ritmo de 37 por ciento anual y que a finales de este año moverá 306.000 millones de dólares. Es decir, hay un movimiento sobre el que no se puede ser indiferente.
Es lo que se planteó en la segunda edición de The Future Uncovered, el encuentro realizado por NTT Data con expertos orientado a delinear parte del horizonte que se avizora en materia tecnológica. Y como la perspectiva a nivel global es de alta volatilidad, con una nueva amenaza de recesión económica en la mayoría de los países, desconfianza en el sistema y baja de productividad, apelar a la IA parece imponerse como una salida para enfrentar esos desafíos.
Antes que ir de lleno a esta tecnología NTT Data planteó el camino de las operaciones autónomas como una manera de asumir las nuevas situaciones. La IA es la tecnología esencial para promover las operaciones autónomas en las empresas, entendidas como el poder de las tecnologías inteligentes para impulsar los procesos de negocios con las capacidades para tomar decisiones de forma autónoma. La no intervención humana generaría, sin embargo, aprendizajes continuos para mejorar el rendimiento de las organizaciones.
“Los líderes latinoamericanos deberán encontrarse a este contexto desafiante. Y no son muy optimistas” respecto a lo que deparará su implementación, sostuvo Carlos Company Ros, Head of Digital Strategy & Advisory at NTT DATA Europe & Latam. Consideró que necesitan replantear sus modelos de negocios para abordar estos retos ya que “el 39 por ciento cree que sus organizaciones no son económicamente viables y un porcentaje similar estima que no son capaces de adaptarse. Entonces la preocupación es cómo la tecnología transformará a las empresas en los próximos 10 años”.
Esa falta de confianza es más evidente en el sector de las telecomunicaciones que en otras industrias. El 46 por ciento de los ejecutivos de este sector es pesimista respecto a la IA y sus implicancias, un nivel que está por encima del 43 por ciento de la industria manufacturera y el 42 por ciento del sector de la salud.
“La IA es esencial para las operaciones autónomas y deben ser percibidas como seguras y confiables para el negocio. A nadie se le escapa que dejar en manos de la tecnología la operación de algo genera angustia. Esto requerirá un abordaje racional. En vez de homologar a los humanos con la tecnología es ver qué nos hace más valiosos a partir de la tecnología. La hiperautomatización eliminará la subjetividad humana en las decisiones, especialmente cuando hay que reducirla a la mínima expresión. Y esto permitirá a las personas destinar más tiempo a la imaginación, a la recreación y al desarrollo de capacidades cognitivas”, agregó el ejecutivo.
Avanzar en esta dirección implicará enfrentarse a los desafíos propios de la tecnología además de los coyunturales, como la escasez de talento para aprovechar los beneficios de la IA.
Un reto que en América latina también parece ser arduo por cuanto la adopción de la IA es menor al 20 por ciento aunque más del 80 por ciento de las compañías de la región ya implementó alguna solución, tal como lo indicó David Pardina Sanz, Head of Operations Strategy at NTT DATA Iberia & Latam.
Tras mostrar casos de implementación de operaciones autónomas en sectores diversos como la compra de viviendas, la salud, la logística y la producción, David Pardina Sanz, aseguró que “empresas de servicios y productos adoptan estrategias para la transformación de sus operaciones basadas en componentes ‘autónomos. Si bien la mayoría de casos de uso actuales se enfocan en funciones de back-office, este fenómeno tiene el potencial de impactar todos los procesos, core y no core, de una compañía”.
Por eso se mostraron a favor de la automatización de ciertas operaciones como un modo de caminar en esa dirección. Además de ir evaluando cómo modificar las actuales estructuras del negocio para incorporar los cambios culturales necesarios. Lo hicieron en función de las perspectivas que señalan que “el 40 por ciento de los líderes están reportando beneficios del uso de la IA en sus procesos. La democratización de la IA a través de ChatGPT o Gemini reporta beneficios que están siendo identificados”, subrayó.
Más del 50 por ciento de las empresas del mundo ya adoptó algún tipo de automatización en sus procesos. De modo que la evolución hacia implementaciones más sofisticadas no será desde cero. Tras descartar que las compañías vayan a ser gestionadas en un 100 por ciento por operaciones autónomas, aunque pueden haber casos muy específicos en ciertas industrias, aseguró que “la IA no ha venido a sustituir la relación humana entre clientes y compañías sino a transformarla. En general, las compañías se centrarán en operaciones autónomas en segmentos que se traducen en una propuesta de valor”, concluyó Company Ros.