El mercado de dispositivos para acceder a Internet continuará cayendo en 2023, siguiendo el ritmo registrado en 2022. La perspectiva es que los embarques globales de computadoras, tablets y teléfonos móviles se contraigan un 4,4 por ciento al cierre de este año, y son diversas las razones que explican este comportamiento.
Así lo indicó un reporte de Gartner que determinó que a lo largo de estos 12 meses el total de dispositivos que salgan a los distintos destinos para su venta se ubicará en los 1.700 millones de unidades. Si bien la contracción pronosticada para el período en curso es importante, es de casi un tercio a la anotada en 2022, cuando los envíos de estos dispositivos cayeron un 11,9 por ciento. Se trata de estimaciones que están en sintonía con las realizadas por Canalys hace dos semanas.
Al igual que el año pasado, el segmento que más sentirá esta reducción será el de computadoras, que experimentará una baja en los embarques de siete por ciento en 2023, luego de una baja de 16 por ciento el año pasado.
Las tablets serán las que menos sufrirán en este período, pues la contracción se ubicará en un 2,9 por ciento, contra un 12 por ciento en la comparación interanual. Distinta será la suerte de los smartphones que, aunque el año pasado soportaron una reducción del 11 por ciento en los envíos, al final de este año ese comportamiento habrá sido del cuatro por ciento.
Una de las razones que explican esta situación radica en que se están estirando los períodos de renovación de equipos, que pasaron de seis a más de nueve meses en las tres categorías. Los fundamentos hay que buscarlos en la crisis económica global que, aún cuando el último día de enero, se mejoraron las perspectivas de crecimiento, que pasaron de un 2,7 por ciento a un 2,9 por ciento, serán menores al 3,4 por ciento registrado en 2022, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional. Es decir, hay menos pesimismo para el año que acaba de iniciarse y, en este sentido, podría afirmarse que para el sector de dispositivos de electrónica el panorama no se advierte tan malo en este contexto, tras un 2022 brutal (aún cuando la caída se explique por la gran renovación que hubo durante los períodos más restrictivos de la pandemia).
“El mercado económico deprimido seguirá reduciendo la demanda de dispositivos a lo largo de 2023. De hecho, se prevé que el gasto de los usuarios finales en dispositivos disminuya un 5,1 por ciento en este año”, dijo Ranjit Atwal, director analista sénior de Gartner. El especialista agregó que, “justo cuando la confianza empresarial comenzaba a recuperarse después de lo peor de la pandemia, ahora ha caído significativamente en la mayoría de las regiones. No esperamos que el alivio de la inflación y el fondo de la recesión ocurran hasta el cuarto trimestre de 2023”.
La combinación de recesión más inflación representan, tal vez, el factor más determinante en la extensión de la renovación de los equipos, conducta que en regiones como América latina se advierte de manera casi inmediata.
En la visión de Gartner esta caída menos pronunciada permitirá que, por caso, los niveles de inventario de notebooks volverán a la normalidad en el segundo semestre del año. “Los niveles de inventario aumentaron debido a que los proveedores sobreestimaron la demanda del mercado y debido al colapso de la confianza del consumidor. y una caída dramática en la demanda”, dijo Atwal. A esto se debe agregar que la previsión está a tono con la expectativa de inicio de mejoramiento de la economía global.
En cuanto a la actualización de los sistemas operativos, Gartner indicó que, si bien muchas computadoras podían actualizarse al sistema operativo (SO) Windows 10, muchas no lo hicieron. Por ello, Gartner espera que más del 25 por ciento de este segmento se actualice a Windows 11. Sin embargo, Windows 11 no generará suficientes ventas para alcanzar los mismos volúmenes observados entre 2020 y 2022, sin olvidar la extensión de los ciclos de reemplazo.
Misma situación se repetirá con los teléfonos móviles. Para la consultora, los envíos de smartphones en el mundo se ubicarán en torno a los 1.230 millones de unidades, contra 1.280 millones registrados en 2022, en el marco de una fuerte contracción.
“Los consumidores conservan sus teléfonos por más tiempo de lo esperado, de seis a nueve meses, y se alejan de los contratos fijos por contratos flexibles en ausencia de una nueva tecnología significativa”, dijo Atwal. “Además, los proveedores están transfiriendo los costos de los componentes inflacionarios a los usuarios, lo que está reduciendo aún más la demanda. Se prevé que el gasto de los usuarios finales en teléfonos móviles disminuya un 3,8 por ciento en 2023”, amplió.
El tiempo de uso de los teléfonos móviles en América latina ronda los 24 meses y, ya no solo por su situación de crisis, los usuarios no advierten grandes mejoras y apuestan a equipos de gama media que les brindan las mismas prestaciones que uno de alta gama por menos dinero. Y como responden a sus necesidades lo hacen durar lo más que puedan, tal como lo advierten otras consultoras más concentradas en lo que sucede por estas latitudes.