Llegó el turno de Google. Aunque fue la última de la lista, la compañía anunció que incursionará en el segmento de las redes privadas inalámbricas, propuesta comercial que formará parte de su cartera de soluciones de redes privadas basada en Google Distributed Cloud Edge, dado a conocer el año pasado.
Este paso dado por la compañía digital le permitirá ponerse al mismo nivel de servicios que están ofreciendo Amazon Web Services (AWS) y Microsoft, como también Ericsson del lado de los proveedores, y Verizon, por el de los operadores. Evidentemente, hay algo en el mundo de las redes privadas para que cada vez más jugadoras se sumen al baile.
El nuevo producto permite a las empresas clientes ejecutar Google Cloud dentro de sus propias ubicaciones, y lo comercializará de la mano de un grupo de socios, entre los que se encuentran Betacom, Boingo, Celona, Crown Castle y Kajeet. La diversidad de partners responde a la impronta que cada uno de ellos podrá sumar a la construcción de esas redes.
Boingo y Crown Castle, por ejemplo, tienen capacidades para brindar recursos de ingeniería para implementar redes celulares, tanto interiores como exteriores, mientras Betacom ofrece sus prestaciones a través del modelo “como servicio”, modelo sobre el que se está recomendando avanzar, justamente, a las operadoras de telecomunicaciones. La start up Celona, en tanto, se dedica a la provisión de una gama de celdas pequeñas (small cells) de marca propia además de puntos de acceso con el objetivo de que los clientes puedan instalar estas redes tanto a nivel indoor como outdoor.
La cosa no se queda acá. Con Kajeet implementará su solución 5G en GDC Edge. En este caso, el objetivo será conectar a los estudiantes y las comunidades con Internet inalámbrico de alta velocidad con el fin de eliminar la brecha digital.
Lo interesante del punto es que Google posicionó la oferta como una alternativa a las redes Wi-Fi corporativas que no pueden brindar confiabilidad, seguridad y cobertura a tono con las necesidades, explicaron desde Lightreading. La cuestión de la seguridad es un tema cada vez más presente en la conformación de las redes privadas y parte de esta discusión radica en la que se provee por esa tecnología contra la que brindan las redes celulares que, para gran parte de los actores de la industria, la garantizan mucho más.
“Los fabricantes pueden implementar una red privada en un sitio de fábrica grande que une las operaciones, la automatización y los dispositivos IoT, con una sólida conectividad básica y soporte para la funcionalidad de próxima generación, como el mantenimiento predictivo y el control de calidad a través del análisis de visión por computadora”, dijo la empresa en su blog. “Los propietarios de edificios y lugares pueden usar redes privadas para mejorar la seguridad de las personas, reducir costos como también el consumo de energía a través de aplicaciones de construcción inteligente, y brindar nuevas experiencias .Y, lo que es más importante, la seguridad integrada de las redes celulares brinda tranquilidad para la privacidad de los datos de una manera que otros enfoques no tienen”, agregó.
Google destacó que las empresas podrán usar la banda de espectro identificado con la sigla CBRS y que alude al Servicio de Banda Ancha para Ciudadanos de 3.5 GHz sin licencia para la operación de las redes privadas. La compañía digital viene ofreciendo desde hace un tiempo largo servicios de administración de espectro para esa banda, es decir, tiene suficiente conocimiento como para incursionar en el terreno de las redes privadas.
En definitiva, Google también se suma a la ola de las redes privadas. Lógicamente, se trata de un fenómeno que se soporta, en principio, en LTE pero que, sin dudas, tendrá otras posibilidades a partir de 5G, especialmente cuando se trate de ofrecer conectividad robusta a plantas y/o parques industriales. El de las redes privadas se está convirtiendo en un terreno donde todos están compitiendo entre todos.